¿Si te cuento un secreto me lo guardas? Bueno, es un secreto a voces que las cafeterías de la Plaza Navona de Roma sirven el mejor café de Italia. No he probado tanto café italiano in situ como para contar con una muestra suficiente amplia, pero la experiencia de las terrazas de la plaza me pareció encantadora, embriagadora más bien.
Recomiendo una tarde de verano armada con un café o un buen helado italiano artesanal de sabor nunca visto en una de las terrazas de su perímetro. Para ver arte, historia en piedra, algo de la monumentalidad de Roma y ese trasiego tan mediterráneo que llena las plazas italianas.
Para los más inquietos en el mirar, la Plaza Navona tiene una forma poco usual. Su planta es lo que queda de un estadio de tiempos de los romanos que el papa Inocencio X aterrazó y convirtió en lo que es hoy, una plaza.
El estadio fue levantado a finales del siglo I por el emperador Domiciano y tenía 275 metros de largo, más de un cuarto de kilómetro, por más de cien de ancho. Cabían en sus tribunas unas 30.000 personas.
Era un estadio, y por tanto, no un circo, corrían atletas en competiciones deportivas, pero también se daban espectáculos de naumachia, representaciones de batallas navales históricas romanas. Se inundaba el suelo y barcos cargados de feroces luchadores se abordaban mutuamente. Ayudaba a crear el estanque, el bloqueo de las salidas del agua de dos fuentes habilitadas en la plaza y que el área del lugar tenía forma cóncava, como la de una gran balsa de agua de hoy día.
El obelisco que ocupa el centro de la Plaza Navona no estuvo nunca allí, lo trajeron de la Vía Appia, e históricamente es un ‘pegote’.
Sin embargo, el barroquismo de las construcciones posteriores de su perímetro no tiene nada de añadido sin sentido, es parte de uno de esos espectáculos visuales de los que te hablaba al principio y por los que merece la pena disfrutar de un cómodo asiento y una buena dosis de relax. Prúebalo.
Barroca es la Fuente de los Cuatro Ríos del centro de la plaza, obra de Bernini. Barroca es la iglesia de Sant’Agnese in Agone que hay justo delante de la fuente, de Francesco Borromini y Girolamo Rainaldi. De Pietro da Cortona es la belleza de unos frescos contemporáneos, los de la galería del Palazzo Pamphili.
Por cierto, la Plaza Navona fue una obra monumental proyectada por el papa Inocencio X que era precisamente de la familia de los Pamphili. En el juego de influencias del siglo XVII, el papa Inocencio hizo mucho por hacer propaganda de su familia, y la plaza es parte de ese plan de marketing que diríamos hoy. El Palacio Pamphili fue la apuesta del papa contra la popularidad de otras dos familias romanas, los Farnese y los Barberini.
Y algo para entretenerte y buscar, una leyenda urbana de Roma dice que la Fuente de los Cuatro Ríos nos cuenta algo de la rivalidad entre dos artistas barrocos de aquellos tiempos, Bernini y Borromini. La figuras del Nilo y del Río de la Plata se tapan la cara para evitar ver las obras de Borromini. Lo cierto es que el Nilo está tapado porque en aquél tiempo no se sabía de sus orígenes o fuentes. La estatua de la Santa Inés de la iglesia de Borromini, por su parte, tiene cara de desconcierto ante el aspecto general de la fuente de Bernini.
Pero la plaza tiene aún otras fuentes de interés, espacio desde luego hay y sobra. Fuentes como las del Moro de Giacomo della Porta y arreglada por Bernini, la de Neptuno, de Gregorio Zappalà y Antonio Della Bitta.
Bueno, ya sólo te queda descubrirla al natural. Para ayudarte, te propongo los servicios de un portal dedicado a visitas a Roma con mucho valor. Las del sitio Viajararoma.com. Pica en el enlace para ver tus opciones para ver la Plaza Navona y toda la monumentalidad de la ciudad:
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1 café/1 helado extraordinarios en una plaza de Roma llena de arte.
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Vuelos: http://www.guias.travel/vuelos/
Tours y Actividades para hacer en Roma: http://www.guias.travel/ver-tours/?Roma/d511-ttd
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