Ámstedam es una ciudad para descubrir en plan minimalista. Los detalles son lo mejor de su oferta para sorprender al viajero atento, curioso y sí, detallista. Para muestra, un botón. Éstos son diez lugares de Ámsterdam que te dejarán huella. Para empezar, vámonos de museos.
– Museo Rembrandthuis. El museo está situado en la vieja casa del pintor. En el lugar donde pintó las obras que le dieron fama.
– Aepjen. Se trata de uno de los dos edificios de madera que quedan en la ciudad. Se abrió como taberna en 1519 y sirvió de posada para marineros. Una joya.
– Foodhallen. Es un restaurante informal de Ámsterdam que tiene el atractivo -y la fama- de estar abierto en una antigua parada de tranvía. Se come en una zona muy espaciosa.
– Vleminckx. Es un lugar de referencia también en comida popular en Ámsterdam. Lleva abierto desde 1887 y su especialidad son las patatas fritas. Crujientes con un toque especial.
– D’Vijff Vlieghen. Es otro restaurante que ocupa cinco viviendas con vistas al canal del siglo XVII. Le llaman ‘Las Cinco Moscas’. Los comedores son una monada. Azuelejos azules de Delf, decoración con maderas antiguas, obras originales de Rembrandt. Recomendado.
– ‘S Smalle. El negocio data de 1786. Abrió como una destilería y una casa de degustación de jenever (ginebra holandesa). Fue restaurado en la década de 1970. Vas a alucinar con las ventanas de marcos de plomo, los tiros de cerveza con aplicadores de porcelana antigua. La cerveza más popular es la Smalle ¿Has tomado nota?
– De Hallen. Otro de esos lugares de Ámsterdam que te dejarán huella. Este espacio cultural está situado también en paradas antiguas de tranvías. Está casi tal cual con sus ladrillos rojos, tal y como el edificio fue construido en 1902. Antes eran el hogar de grupos okupas. Fue rehabilitado en 2014.
Rusia y Holanda
– El Hermitage de Amsterdam. Entre los Países Bajos y Rusia siempre ha habido relaciones históricas. De hecho, el zar Pedro El Grande aprendió en la ciudad todo lo que debía saber sobre las construcciones navales en 1697. Exposiciones temporales muy interesantes de esa relación entre los dos países.
– Pathé Tuschinskitheate. Es un cine fantástico. Fantástico de verdad. Con una fachada que es un ejemplo destacado de la llamada Escuela de Arquitectura de Ámsterdam. Merece la pena visitarlo, sólo sea por ver su interior art decó.
– Torre A’DAM. La Torre A’DAM, de 22 pisos, fue la sede de la compañía petrolera Royal Dutch Shell, pero con el tiempo acabó convirtiéndose en una nueva gran atracción de Ámsterdam. Las vistas desde la azotea son impresionantes.
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