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noviembre 2013

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Hay ciudades que se disfrutan en sus detalles. Y no tienen por qué ser elementos excepcionales, la sensibilidad de todo viajero verdaderamente atento a los pormenores es parte del disfrute de una inmersión turística en el lugar de destino. Si este comentario te parece inconcreto, te pongo un ejemplo muy real de una experiencia con lo pequeño, con las tejas de Segovia.

Un grupo de estudiantes de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid están detrás de esta novedosa startup que trata de gestionar el ocio nocturno en Madrid tanto en soporte app como en soporte web.

Al proyecto le han llamado Demeneo y puedes verlo en www.demeneo.com, con él puedes estar al tanto de la oferta nocturna que hay al momento, además de usar filtros y búsquedas avanzadas para ver el local que más se adapta a tus características, podrás ver fotos, información, precios y promociones desde casa.

La imagen de Nueva York, como la de muchas otras localizaciones con identidad global, está asociada a algo parecido a fotos fijas que guardamos en la memoria. El cine, las artes, han hecho mucho para marcarnos a fuego esa identidad. Y, bueno, si te hablo de Nueva York, seguro que te imaginas los rascacielos y la Estatua de la Libertad.

Tan potente es la imagen de la libertad levantando la antorcha que es la cara visible que se asocia también con ese sentido de la independencia de los pueblos. Me gusta ese símbolo de libertad tan hierático, tan mayestático. Tanto, que en uno de mis veranos en París me decidí a buscar, y, si era posible, a fotografiarme con cada una de las seis estatuas de la libertad de la capital francesa.

¿Te gustaría ver cómo una inmensa flor se abre en los minutos del amanecer y se cierra cuando el ocaso del sol cierra el día? No es ninguna maravilla natural, te  advierto, pero sí que es, desde mi punto de vista, un pequeño gran prodigio mecánico que descubrí en uno de los parques de la ciudad de Buenos Aires.

Se trata de una escultura grande en forma de flor que abre sus pétalos en esa secuencia de tiempos y que es una de las originalidades que podrás descubrir en un viaje a Argentina y a su capital Buenos Aires.

Me seducen los lugares con encanto, rurales, apartados, llenos de vida natural, sosegados, en los que el tiempo parece que está a punto de pararse. Conozco muchos rincones así. Pero, tal como lo veo yo, no son más que una docena o poco más. Los exclusivos que son mis encantos.

Uno de esos sitios con sabor auténtico está en Granada. El Valle de Lecrín reúne esos requisitos. Naturaleza, tranquilidad, buen tiempo y una población local diseminada y siempre acogedora con el que llega de fuera para admirar lo suyo. Un lugar que seduce, que seduce, te lo aseguro.

La Cartuja de Valldemosa es un palacio y conjunto religioso encaramado en las alturas serranas del occidente de la isla de Mallorca.

Allí descansaron, vivieron o buscaron refugio amoroso o espiritual –o ambas cosas- muchos artistas famosos y, por supuesto, el primer titular del palacio, el rey Sancho, allá por el siglo XV.

Y es que el palacio fue construido por el rey Jaime II para su hijo Sancho y el conjunto finalmente fue cedido por el rey Martín El Humano en 1399 a los religiosos cartujos para que se asentaran en el lugar. Y ahí sigue.

Uno de los skylines más famosos del mundo, por no decir el que más, es el de la ciudad de Nueva York, que recorta la estampa de sus edificios altos como torres de castillos sobre el horizonte de la bahía, del mar, del cielo o sobre el de Manhattan.

Siempre me había preguntado si en Nueva York había muchos edificios altos, cuántos pasaban de una determinada altura y cuántos superaban una barrera numérica cerrada de plantas. Lo que me preguntaba en realidad era cuánto mito había en el skyline de Nueva York.

El turismo, como todos los sectores de la economía, también evolucionan y la existencia de Internet y las redes sociales han provocado una renovación en todo lo relacionado con el turismo tradicional para convertirse en un turismo 2.0. Al mismo tiempo, los motivos de viaje también se han modificado y el turismo no viene solo para pasar el rato… a veces viene para trabajar, para quedarse una temporada o para conocer la ciudad desde otro punto de vista.

En los últimos años la ciudad de Valencia ha experimentado un cambio que, proveniente del país más poderoso del mundo, está provocando que los espacios de colaboración laboral y de ideas (coworking) se estén convirtiendo en otro punto a tener en cuenta. Compartir ideas, aunar esfuerzos, trabajar codo con codo… todas estas frases tienen lugar en cualquiera de los espacios de co-working que se han creado en los últimos años en la ciudad.

Brandenburg an der Havel es una  población alemana situada a 86 kilómetros de la capital Berlín y sobre el curso homónimo, el río Havel. Es la típica ciudad alemana que acoge a un nutrido flujo de visitantes nacionales y extranjeros por su importante patrimonio arquitectónico, por sus edificios medievales.

Y es que, a diferencia de muchas otras poblaciones germanas, salió relativamente bien parada de la Segunda Guerra Mundial. La guerra respetó algunos de sus edificios más interesantes.

La Costa Brava de Girona es una larga extensión de ribera de mar rocosa, y que, de trecho en trecho, se deja ver surcada por ramblas y barrancos en cuyos tramos finales se abren playas cortas de arena o gravilla muchas de las cuales no pasan de la categoría de calas.

Unas están muy masificadas en verano, como tierra de chiringuitos, sobre todo las que están al cabo de grandes ofertas hoteleras en poblaciones igualmente importantes, como LLoret de Mar, Sant Feliú de Gíxols, Palamós o Platja d’Aro.

Los quesos holandeses tienen fama por su calidad tan homogénea, por su consistencia y por su aspecto peculiar amarillo y por su sabor. Decir queso holandés es imaginar a los Gouda, Edam o Maasdam tradicionales.

El secreto de esa calidad está en los prados en los que pacen las vacas, tierras arcillosas de hierbas siempre frescas y húmedas. Los holandeses ya hacían esos quesos en el 800 AC, lo dicen los arqueólogos, y Julio César, hace más de dos mil años, ya decía que aquellas tierras bajas producían buen queso. Entre nosotros, creo que Julio César fue el primer bloguero que escribió sobre las costumbres de Holanda y para su público romano.

Fontainebleau es una localidad francesa situada al sureste de la capital París y a unos 55 kilómetros de distancia. Zona boscosa de caza y residencia de reyes desde el siglo XI, el Palacio de Fontainebleau, la joya de la corona, nunca mejor dicho; es una amalgama de edificios, jardines, de espacios dispares, organizados bajo un caos resultado de añadir época tras época nuevos conjuntos que resultan agradables a la vista y que representan, junto con el Palacio de Versalles, uno de los lugares emblemáticos de Francia que todo viajero debe visitar.

El ·Monasterio del Escorial es un gigantesco edificio construido por el rey Felipe II en la segunda mitad del siglo XVI como palacio real y panteón de reyes para estar a la altura de una monarquía, la primera que ostentó un poder globalizado y en cuyos territorios se decía que nunca se ponía el sol. Pero también se levantó para tapar la casa de Satanás, la entrada al Infierno ¿no te lo crees? Pues sigue leyendo.

¡Qué bien se lo montan los escoceses para promocionar su tierra! Te lo digo con conocimiento de causa.., y efecto. En los años treinta del siglo XX, cuando la Gran Depresión asolaba el país, se sacaron de la manga un monstruo lagunar. Sí, efectivamente, el Monstruo del Lago Ness que de vez en cuando se deja ver cuando los ciclos del turismo de  masas se desinflan. Lo de Nessie viene de lejos.