A la ciudad universitaria de Cambridge hay que tomársela a sorbos, poco a poco, ya sólo sea para disfrutar del sabor de sus esencias. Es una ciudad llena de detalles, modelada por ellos y reflejada en cada uno.
Ser curioso es imprescindible para conocer Cambridge, lo demás, abrir bien los ojos y, sí, disfrutar. Sin agotar todo lo que puede ofrecernos Cambridge, esta es una relación de seis lugares curiosos de Cambridge que no te puedes perder:
–Cambridge por el placer de caminar.. y ver. La forma más natural ver Cambridge es acudir al Punt, y hacer punting. Un lugar que ofrece un recorrido por algunos de los lugares icónicos de interés turístico, como la Royal Cambridge College Chapel. Contratar un remero para una relajante travesía en barca, no tiene precio. No olvides la cámara.
-Jardines botánicos de la Universidad de Cambridge. Es muy raro que el centro de una ciudad pueda ofrecer 40 hectáreas de cuidados jardines, pero Cambridge es la excepción excepcional. Los jardines botánicos fueron abiertos al público en 1846. La primavera británica es el momento mágico de estos jardines.
-El ADC Theater. El ADC es el espacio cultural habilitado para teatro de la Universidad de Cambridge. En él hicieron sus pinitos estrellas del cine y del teatro británicas como Emma Thompson o Hugh Laurie. El lugar perfecto para ver el talento de futuras estrellas.
-Fitzwilliam Museum. El museo fue fundado en 1861 por el VII vizconde Fitzwilliam y es un lugar para deleitarse con los viejos esplendores artísticos. Conserva manuscritos medievales, música autógrafa de compositores como Haendel y otros del Renacimiento italiano y del Siglo de Oro holandés. El museo organiza exposiciones periódicas temáticas en un hermoso edificio neoclásico que tiene un glamour antiguo que también se disfruta.
-La vida de estudiantes. La Universidad de Cambridge tiene más de 700 años de historia y reparte su espacio en 31 facultades cada una con una política de admisión de visitantes turistas distinta, a veces todo depende de cómo se haya levantado ese día el portero. Pero se trata de una aventura de descubrimiento que recomendamos para conocer cómo viven los estudiantes su día a día.
-Anglesey Abbey. Qué podría ser más británico que una gran casa de campo? ¿Un convento agustino, tal vez? Anglesey Abbey, la Abadía de Anglesey, combina ambas fórmulas, una grandeza jacobina con el glamour que arrasó en la década de 1920.
La abadía proyecta esa originalidad en 98 hectáreas ubicadas a 9 kilómetros del centro de Cambridge. Los interiores están muy bien conservados, gracias a su primer propietario, el primer barón de Fairhaven, que legó la abadía al Estado. También es una rara oportunidad de ver cómo vivía ese señor ¡en un convento!.
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