Maríamoco era una gitana de Cádiz que hizo de un tramo de las galerías bajo tierra de la ciudad su casa y la de su gente. La Maríamoco era, al mismo tiempo, una leyenda, lo suficientemente irreal como para que la chiquillería de los barrios no se atreviera a bajar a las galerías tapiadas, cerradas y anegadas de agua de mar.

Fíjate bien. Hay dos Cádiz, una la que vive en las superficie, la que apunta y despunta en guías y postales, la de bares, catedral, iglesias, callejuelas y puerto; y otra, subterránea, la que no se ve.

Con casi 3.000 años de historia, la ciudad de Cádiz ha sido tejida y destejida por culturas y civilizaciones que tanto la ensancharon y engalanaron por arriba como la horadaron y socavaron por debajo.

Los fondos, el subsuelo de Cádiz, están llenos de túneles, pasadizos y cavidades ocultas, fundamentalmente construidas por los romanos, pero que luego la gente fue aprovechando con para los usos más insospechados y peregrinos.

Hay muchos de esos túneles que se conocen por diferentes estudios,  por ejemplo, bajo el Barrio de Bahía Blanca, con longitudes practicables de dos kilómetros, pero otros, como consecuencia de derrumbes o trabajos posteriores, siguen permaneciendo ocultos.

La mayor parte de las galerías construidas varios metros por debajo de las calles se corresponden con la red de alcantarillado romana, otras parecen unir edificios como el desaparecido anfiteatro, otros aún conectan o parecen unir las Puertas de Tierra, la Casa del Obispo o el Castillo de la Villa.

Por estas conducciones, se trabajaron minas y contraminas en los sitios de la ciudad, se hizo contrabando o se facilitó el movimiento de tropas dentro de los límites urbanos. Los túneles fueron la casa de la casta de Maríamoco, de huidos de los dos bandos de la Guerra Civil, de masones,  vías de escape para salir de edificios públicos y puede que hasta de perseguidos cristianos en época tardorromana.

Todo esto lo prueban restos de la época romana, estatuillas, piezas de loza, quien sabe si arrastradas por las cloacas, pero también restos del siglo XVII y XVIII que hablan de ocupaciones más que temporales de un hábitat troglodita como el de Maríamoco, si no absolutamente oscuro, sí, al menos, mal iluminado, hurtado de la luz del sol.

Unos tramos que se pueden adivinar en algunas de las construcciones que sí se pueden ver en los yacimientos arqueológicos  antiguos correspondientes a los edificios históricos y que se adivinan como salidas de cloacas.

Cádiz tiene mucho que enseñarte, por arriba, pero también por debajo. Aunque los túneles no sean visitables, no resulta difícil imaginar los usos que los gaditanos les dieron, porque  para cada actividad visible, siempre existió otra alejada de las miradas.

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Túneles de Maríamoco de Cádiz.
Túneles de Maríamoco de Cádiz.

Recursos para el Viaje:

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Vuelos: http://www.guias.travel/vuelos/

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Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

1 Comment

  1. muy buenas, yo investigo el subsuelo de cadiz, si te interesa saber mas de ellos, mi facebook es cadiz fotos donde tengo un grupo donde divulgo el subsuelo de cadiz, ademas un blog al que le invito que entres, un saludo amigo

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