La Casa Lleó i Morera es uno de los edificios más representativos del modernismo catalán en la ciudad de Barcelona y una de las citas inexcusables cuando se quiere ir al encuentro con este estilo tan figurativo entre las calles de la Ciudad Condal. Sin embargo, siendo una maravilla del arte de construir, el conjunto tuvo una función práctica, la de dar cobertura a un negocio inmobiliario familiar. La Casa LLeó i Morera era una preciosa casa de rentas modernista.
La Casa LLeó i Morera se levanta en el Paseo de Gracia en la esquina de Consell de Cent, y, a pesar de lo que pudiera parecer, no se levantó desde cero entre 1902 y 1906. Su actualización fue una reforma de un inmueble anterior construido en 1864. Es uno de los trabajos más descollantes de la trayectoria creativa del arquitecto Lluís Domènech i Montaner y hay hasta quien la ha llamado el Palau de la Música Catalana a escala.
La Casa LLeó i Morera fue un hito en la conocida como ‘Manzana de la Discordia’ del Paseo de Gracia de Barcelona. Durante algún tiempo en aquellos años, las fachadas de los grandes edificios peleaban entre sí, y, con ellos, sus creativos arquitectos por convertirse en una referencia en el modernismo, una forma de concebir el arte que dejaba un reguero de florituras formales allí donde ofrecía sus esencias, fueran fachadas o simples farolas de alumbrado público.
La Casa LLeó i Morera representa, en ese sentido también, una síntesis del modernismo catalán, no sólo por lo que se refiere al estilo pleno de la arquitectura que revela su fachada, sino porque en su interior el inmueble guarda tesoros del arte mueble y del mismo estilo en forma de mobiliario, vidrieras, en forma de puertas y ventanas, al tiempo que se deja sentir también en la distribución de espacios, en la manera en la que se juega con la luz o en la introducción de elementos modernos y personalizados que vuelven a su concepción modernista más anecdótica y hasta menos ‘glamurosa’. Aunque eso, desde luego, es muy opinable.
¿Pero qué transformaciones sufrió la obra en su remodelación? En primer lugar, el edificio original estaba partido en tres partes, con una sección achaflanada que hacía de fachada central. Lo primero que hace Domènech i Montaner es romper con la aburrida uniformidad del frontis, creando secciones que decora con balcones y series de arcos y de ventanas, volviendo la fachada totalmente asimétrica. Incluso elevó un piso más toda la estructura, acomodando también un pintoresco templete en la parte más elevada de la fachada a modo de coronamiento.
Las transformaciones tenían por objeto crear lo que a principios del siglo XX se llamaba una ‘casa de rentas’, un inmueble en el que los propietarios vivían en la parte más noble y espaciosa de todo el edificio, pero que habilitaba secciones más pequeñas para alquilar a inquilinos y bajos comerciales que explotaban directamente los mismos propietarios con negocios propios o de terceros también en régimen de alquiler.
A la Casa LLeó i Morera hay que verla, y verla de cerca, con pausa, en cada uno de sus detalles. Y nada mejor para disfrutarla que ir de la mano de guías profesionales que conocen mil y un anécdotas de estos conjuntos arquitectónicos tan especiales y singulares.
Si quieres disfrutar de momentos de revelación con el modernismo como bandera, pica en el enlace que sigue, te llevará a los detalles de una ruta por este estilo y por Barcelona que no olvidarás, desde luego que no: http://www.viajarabarcelona.org/tours-y-visitas-guiadas-para-grupos/tour-modernismo-en-el-eixample-de-la-casa-fuster-al-palau-de-la-musica/.
Casa Lleó i Morera, una casa de rentas modernista.
Recursos para el Viaje:
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