La Catedral de Notre Dame de París no es la más grande del mundo, pero puede ser la más conocida de todas. La de Notre Dame es una impresionante obra maestra en el centro de París. La Catedral de Notre Dame es la última de una larga secuencia de edificios religiosos levantados en el mismo lugar en más de 2.000 años.

El lugar donde se levanta la Catedral de Notre Dame es la cuna de París y desde tiempos remotos ha sido un centro religioso de la ciudad. Los celtas ya tenían un centro sagrado en la isla del Sena en la que se levanta la catedral. Luego llegarían los romanos que colocaron un templo dedicado a Júpiter. Más tarde le llegaría el turno a una basílica cristiana que fue erigida en el siglo VI. Y antes de que se colocara la primera piedra de la Catedral de Notre Dame, había una iglesia románica.

Los inicios. El obispo Maurice de Sully comenzó la construcción de la Catedral de Notre Dame en 1163. La catedral se levantó en un nuevo estilo gótico que debía reflejar el estatus de París como nueva capital del reino de Francia.

Fue la primera catedral levantada a gran escala, algo que la convirtió en un ejemplo para las catedrales de Francia que le siguieron en el tiempo, como las de Amiens, Chartres o Reims, sólo por contar con las más conocidas y famosas.

La Catedral de Notre Dame

Si bien empezó a edificarse en 1163, las obras de la Catedral de Notre Dame no se terminó hasta 1345, en parte porque la construcción se amplió a mitad de obra. El resultado fue un edificio muy grande de 128 metros de largo con dos torres de 69 metros de altura y con una aguja en el cruce del crucero de 90 metros sobre el suelo. Si bien es cierto que esta pieza fue incluida muy posteriormente en el siglo XIX de la mano del arquitecto Viollet-le-Duc. La Catedral de Notre Dame tiene varios rosetones grandes, el del lado norte es del siglo XIII y es el más impresionante. Tiene un diámetro de 13,1 metros.

La fachada tiene tres arcadas anchas, encima de ellas se puede ver una Galería de los Reyes de Judea formada por 28 estatuas. Más arriba se pueden ver las famosas gárgolas de aspecto y de actitudes grotescas. Los espectaculares contrafuertes del lado oriental del edificio tienen nada menos que quince metros de ancho.

Durante la Revolución Francesa, muchas de las esculturas, de las gárgolas y de las decoraciones interiores de la catedral fueron retiradas o demolidas. Incluso la Galería de los Reyes fue seriamente dañada: los revolucionarios, aunque las estatuas representadas no eran reyes franceses, las consideraron una ofensa con el republicanismo que defendían.

No fue hasta el siglo XIX antes cuando la Catedral de Notre Dame fue completamente restaurada, en parte, gracias al escritor Víctor Hugo. El autor, con su libro ‘Notre Dame de París‘ mostró a los parisinos que merecía la pena restaurar el edificio.

La restauración se prolongó durante veinte años y fue dirigida por un arquitecto local, Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc. Viollet-le-Duc hizo modificaciones drásticas y muy controvertidas e incluso le añadió la comentada aguja sobre el crucero. La catedral fue restaurada nuevamente entre 1991 y 2001, esta vez la arquitectura histórica fue cuidadosamente preservada.

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Catedral de Notre Dame
Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

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