Cariló es una palabra que en lengua mapuche austral significa Médano verde. Y el nombre es ajustadísimo para esta localidad de la costa argentina en la que la mano del hombre dio una oportunidad a la naturaleza. Creo un hábitat de la nada, un enorme jardín de biodiversidad donde no existía, una destrucción de la naturaleza en positivo. Te cuento su historia con la esperanza de que  pongas a Cariló en tu agenda de viaje.

Cariló es una de las zonas turísticas más conocidas y populares de los argentinos por su localización junto al mar, por la naturaleza aparentemente feraz por la que se la reconoce y especialmente porque se encuentra dentro del área de influencia urbana del Gran Buenos Aires. Cariló es el ombligo del mundo para las vacaciones familiares bonaerenses.

Pero ¿qué atractivo puede tener Cariló para el viajero extranjero? Además de las playas, el baño en las aguas del Atlántico Austral y de las oportunidades de ocio, una opción pocas veces disponible y al alcance del turista más sensible a la naturaleza, la de observar cómo el hombre ha sido capaz de fabricar con éxito un medio natural.

El caso de Cariló es una experiencia de construcción de una nueva naturaleza, una depredación positiva del medio ambiente que sorprende.

Para entender todos estos términos hay que explicar que Cariló a finales del siglo XIX era un páramo agreste de dunas móviles que movía el viento,  con mosquitos que infestaban marismas fétidas y palúdicas y hormigas voraces que hacían peligroso pernoctar sobre el suelo.

Fueron los propietarios de aquellas tierras, latifundistas de una familia de apellido Guerrero los que hicieron honor a su nombre y se lanzaron a reforestar en arena sin conocimientos previos y a plantar frutales en lo que se creía que era el verdadero futuro de aquella tierra.

En pocos años, la estabilización de la vegetación incorporada atrajo aves que nunca se habían fijado en aquellas marismas, para el año 1947 ya se habían plantado 660.000 árboles que formaban un frondoso bosque en parte con vegetación local.

Para los años subsiguientes, quedó claro que la agricultura no tenía encaje en Cariló y lo que terciaba  era acomodar el lugar para una promoción hotelera y para un turismo de balneario que fuera una referencia, si no internacional, sí al menos para la clase media de la capital argentina. Pero la floresta plantada no dejó de crecer a su aire.

Y así, fue, hoy Cariló es una gran huella verde en el corazón de la costa del Gran Buenos Aires que ofrece muchas opciones para los amantes del senderismo y de las largas excursiones a caballo.

Y a eso te animo, a que en tu próximo viaje a Buenos Aires te dejes caer por Cariló para disfrutar de una naturaleza recreada, para disfrutar del sol, sí, del mar, también y del esplendor de una avifauna exótica a la que los europeos no estamos muy familiarizados.

El bosque de Cariló ha puesto un descansadero para las aves migratorias del sur de América que sus antepasados nunca conocieron ¿Curioso no?

Aquí te dejo información sobre el destino de Cariló correspondiente a una sección de la web www.hotelesenmardelplata.com donde podrás encontrar muchas referencias a Cariló y más. Pica en el enlace que sigue: http://www.hotelesenmardelplata.com/?page=carilo.php

Lo demás, desear que este tu viaje a Argentina, a Buenos Aires y a Cariló sea uno de tus más hermosos recuerdos.

 

El bosque de Cariló.
El bosque de Cariló.

Recursos para el Viaje:

Hoteles: http://www.guias.travel/ver/?city/ar/mar-del-plata.es.html
Vuelos: http://www.guias.travel/vuelos/
Guía de Mar del Plata: http://www.hotelesenmardelplata.com

Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

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