La ciudad de Canterbury es una delicia para los viajeros que buscan conocer el patrimonio inglés del condado de Kent. Ubicada cerca de la costa del Canal, Canterbury siempre fue una ciudad de frontera. Primero, bajo la amenaza de los romanos, luego de los normandos, más tarde de los franceses y, por último, de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial.
De aquel pasado belicoso nos ha llegado una fortaleza icónica en el centro histórico de Canterbury. La Westgate. La Westgate era una de las torres fortaleza que defendían Canterbury en la parte occidental de sus murallas. Tiene sesenta metros de altura, lo mismo que un edificio de veinte plantas, y es la puerta medieval más antigua de Inglaterra. Y, jugando con la licencia que pueden dar las palabras, podemos decir que la Westgate fue el lado más fuerte de Canterbury. La Westgate fue construida en 1379 y es la última de las siete puertas de la Canterbury medieval que sobrevive.
Desandando la historia, Canterbury fue una ciudad amurallada en tiempos romanos, allá por el 300 de nuestra Era. La Westgate era uno de los accesos más importantes y el que comunicaba con la London Road. En cualquier caso, la Westgate de 1380 fue una reconstrucción y probablemente una ampliación de una estructura parecida anterior romana y normanda que sirvió a la ciudad de Canterbury para garantizar sus defensas estáticas todotiempo.
Se cree que la torre llegó a albergar una iglesia en sus niveles superiores, que desapareció en la reconstrucción de 1379. También se dice que el pequeño templo debió funcionar como un acceso para peregrinos que acudían a visitar el santuario de Santo Tomás Becket en la Catedral de Carterbury.
El objetivo de la reconstrucción de la torre en tiempos medievales no fue otro que asegurarse su independencia como ciudad y las riquezas que contenías, independencia contra las incursiones de los franceses desde la costa. No hay que olvidar que Canterbury y Kent están sobre la misma orilla del Canal de la Mancha en el sudeste de Inglaterra.
Las torres tenían tres plantas cada una. En la planta baja, había chimeneas y saeteras, lo mismo que la planta primera. Una escalera de caracol conectaba todos los niveles y la estructura abierta del último nivel.
En las década de 1470 y 1480, la torre fue reparada ante el temor de una invasión de Inglaterra desde el continente europeo. Las murallas formaban parte de la torre, pero las protecciones desaparecieron en el siglo XIX. Fue entonces cuando la torre del lado norte se convirtió en puesto de policía y en cárcel (1823-1829).
Hoy es una escuela de música. Mucho tiempo antes, la Westgate acogía a los delincuentes que debían cumplir condena metidos en una jaula. Dentro de ella, y de cara al público que entraba y salía de la ciudad por la puerta, pedían limosna y charlaban con la gente.
El actual museo de la torre de Westgate fue creado en 1906 y reabierto en 2011, en él se exhibe el armamento que usaban sus defensores. La muestra incluye armas de la Guerra Civil Inglesa y de la Segunda Guerra Mundial. Los niños se pueden probar una réplica de una armadura antigua. La azotea de una de las torres es accesible, como te he dicho, a través de una escalera de caracol y desde ella se tiene una soberbia vista de Canterbury.
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