En Ámsterdam encontrarás numerosos e importantes museos a visitar, por lo que tendrás que ordenar tus preferencias y planificarte lo mejor posible para no perderte los que más te interesen. En esta ciudad existen más de 60 museos, que se dice pronto, y algunos de los más representativos y que no deberías perderte por nada del mundo son: la Casa de Ana Frank, el Museo Van Gogh, el Rijksmuseum y el Museo Hermitage.

La Casa de Ana Frank y el Museo Van Gogh son los que más me cautivaron, por lo que los recomiendo encarecidamente. Sin embargo, en este post me centraré en el primero de ellos que alberga en su interior una dramática, conmovedora y durísima realidad. Por todos es conocida la historia de aquella niña judía alemana que escribió un diario narrando el día a día de los casi dos años y medio que tuvo que pasar sumida en la clandestinidad ocultándose de los nazis en Ámsterdam, con su familia y otras cuatro personas (Hermann y Auguste van Pels con su hijo Peter, y Fritz Pfeffer) durante la Segunda Guerra Mundial.

La Casa-Museo Ana Frank narra la historia de la pequeña y aquí encontramos el escondite donde escribió su famoso diario durante la Segunda Guerra Mundial en una Holanda ocupada. En la exposición permanente del museo se exhibe el diario original de Ana y otras de sus libretas. Por otra parte, las exposiciones temporales se centran en la persecución de los judíos durante la guerra, el fascismo contemporáneo, el racismo y el antisemitismo. Del 11 de abril del 2014 a abril de 2015 podrás también disfrutar de una exposición temporal sobre los “Ayudantes de la Casa de Atrás”, los cuatro oficinistas de la empresa de Otto Frank (padre de Ana) que les ayudaron y protegieron.

Durante tu visita experimentarás cómo vivían las ocho personas ocultas en la casa de atrás para no ser descubiertas por las fuerzas de ocupación alemanas. Recorrerás cada rincón de la casa siendo testigo de lo agobiante y frustrante que es estar entre cuatro paredes sin ventilación, sin luz natural y donde debían ser muy sigilosos y precavidos para no ser oídos. También podrás conocer la pequeña habitación de Ana Frank, donde se pueden apreciar recortes de revistas de imágenes de estrellas de cine y fotografías que adornan las paredes, pues Ana Frank como cualquier niña quiso personalizar su cuarto y hacer de él un espacio agradable en la medida de lo posible.

El refugio o la llamada «casa de atrás» se encontraba en una parte desocupada de la empresa de Otto Frank, en Prinsengracht 263 y mientras permanecieron escondidos, en la casa de delante la empresa siguió su actividad normalmente.

El Museo de Ana Frank se ubica en el centro de la ciudad,en Prinsengracht 263-267 y cuando vayas a visitarlo te recomiendo ir con tiempo o con la entrada ya comprada, ya que nos dijeron que suele haber mucha cola, aunque personalmente entré sin tener esperar un tiempo exagerado, quizás fue un día de suerte.

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Museo de Ana Frank en Ámsterdam

 

Autor

Licenciada en Periodismo. Periodista, redactora, comunity manager y blogger especializada en el turismo, los viajes, la cultura y el ocio. Viajera empedernida. He colaborado y colaboro actualmente en diferentes webs sobre viajes y turismo.

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