Creo que los pueblos se describen a sí mismos en los monumentos conmemorativos que levantan. Y más aún si se erigen de entrada para ser símbolos. Si quieres viajar a Londres y te apetece conocer como se veían los británicos de la época victoriana a sí mismos, te animo a que te pases por el Victoria Memorial.
Hyde Park es uno de los parques más emblemáticos de Londres y, si me apuras, del mundo. Se lo debemos al acierto de un rey tan denostado en la historia como Enrique VIII, que compró el espacio en 1536 para convertirlo en su coto de caza personal. Y así permaneció hasta que otro rey, tal vez menos cazador, Carlos I, lo transformó en un parque público cien años después, en 1637.