Lo dicho, ¿quieres subirte al carro en Florencia? Se trata de una sugerencia literal. Es posible subirse al carro en la ciudad de Florencia, o casi, si visitas uno de sus museos menos conocidos, pero también uno de los más sugerentes para acercarse y conocer el estilo de vida cotidiana y no tan común de las clases altas italianas del Antiguo Régimen y del siglo XIX. Me refiero al museo de coches y calesas de Florencia, el Museo delle Carroze.
Florencia es una capital dinámica, y hasta frenética, como muchas grandes ciudades italianas. Sin embargo, en los alrededores de Florencia hay un remanso de paz que se ha resistido al bullicio del mundo durante generaciones. En el monasterio cartujo de La Certosa, el silencio era y sigue siendo el rey.
La ciudad de Florencia acoge un curioso patrimonio pocas veces destacado por las guías y desde luego, bajo la sombra de la grandiosidad de algunos de sus monumentos más ilustres. Me refiero a sus torres. Torres florentinas, levantadas en el convulso siglo XIII italiano para conmemorar el poder de algunas familias de cuna como sucede con otras ciudades antiguas de Italia. Bolonia tiene sus torres, Florencia también, aunque, como digo, menos o nada conocidas.
Los teatros de Florencia son una nota cultural muy destacada en el patrimonio de la ciudad. Una parte de las élites de Florencia ha vivido la música como un elemento más de la socialización ciudadana, sus espacios escénicos nos recuerdan ese doble valor.