North Parade es una corta calle comercial llena de tipismo situada al norte de la ciudad de Oxford. Un lugar perfecto, una excusa ideal para comprar recuerdos y disfrutar de la tranquilidad y de la buena mesa de restaurantes y de pubs típicamente británicos.
¿No te lo crees? Jericó ,o Jericho, en inglés; es un barrio histórico con identidad propia de Oxford. Jericó es conocido por su vocación comunitaria que se deja sentir en fiestas, celebraciones comunales y en tradiciones y por su identidad religiosa multiconfesional.
En Oxford no hay ninguna exposición o delegación del Museo de Arte Moderno de Nueva York, el MOMA, pero es así como la prensa califica la labor de difusión del arte moderno de una pequeña galería de la ciudad universitaria inglesa. El Art Modern de Oxford es una referencia para los artistas contemporáneos. Nunca tan pocos metros cuadrados de exposiciones han dado para tanto. Te cuento algo sobre el Art Modern de Oxford. Por si quieres visitarlo.
¿Conoces el caso del tiburón de cabeza de Oxford?. ¿No?. Te lo cuento. En uno de los barrio de Oxford, el de Headington, hay una casa en la que está clavado un tiburón de cabeza. Sí, como lo lees. Echa un vistazo a la foto. El Headington shark es una anécdota que ha acabado por convertirse en un atractivo turístico.
¿Te fascina la ciencia? ¿te maravillan esos artilugios antiguos que más que herramientas de ciencia parecen instrumentos de tortura?. Entonces no tienes que perderte el Museo de Historia de la Ciencia de Oxford. Una institución singular en una ciudad universitaria singular. Si viajas a Oxford, no dejes de visitar el Museo de Historia de la Ciencia de Oxford. Te sorprenderá.
El Sheldonian Theatre es un histórico teatro de Oxford de la Abroad Street que tiene de teatro sólo el nombre. Se utiliza para acomodar conferencias, para conciertos de música y para las puestas de largo de las ceremonias de la universidad. Pero, para representaciones, no.
Para muchos viajeros que acuden a conocer Oxford, la ciudad es su universidad y todo lo que la envuelve, su espíritu académico conservador, sus edificios, el ambiente estudiantil… Pero, Oxford es mucho más. A poco que se camine por las calles del centro, que se recorra el extrarradio y las cercanías de esta ciudad, no resulta difícil caer en la cuenta de que Oxford es muchísimo más que su famosa universidad.
Christ Church es uno de los colegios más icónicos del Reino Unido. Se levanta en el centro de Oxford, está llena de historia y sus rincones se han convertido en escenario de series y de películas conocidas. En Christ Church se han rodado películas como las de la saga de Harry Potter, la de Retorno a Brideshead, las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas y otras menos conocidas como ‘La Brújula dorada’, una adaptación cinematográfica de la novela de Phillip Pullman, ‘Luces del Norte’.
El Castillo de Oxford es una construcción medieval de estilo normando que ha sobrevivido hasta nuestros días, es cierto que en ruinas, pero ahí está como uno de los atractivos del patrimonio de la ciudad que se pueden visitar. Una construcción, en cualquier caso, muy original en su concepción.
El Museo Pitt Rivers de Oxford es una exposición de objetos antiguos original, no muestra sus contenidos de forma aislada, sino que los agrupa aunque sean de diferentes épocas. La intención es mostrar la evolución y los cambios de las mismas piezas a lo largo del tiempo. El Museo Pitt Rivers de Oxford es un relato de la cultura humana hecho, pieza sobre pieza.
La Cámara Radcliffe es una construcción noble levantada entre los edificios de la Universidad de Oxford que fue construida a mediados del siglo XVIII y que representa toda una originalidad. Se trata de una biblioteca y su forma es absolutamente atípica, una construcción circular del estilo de las iglesias neoclásicas italianas de su tiempo.
Los museos oficiales tienen un no sé qué de galerías enciclopédicas que muchas veces hacen previsibles los encuentros cara a cara con sus fondos. Yo prefiero las colecciones hechas a capricho por los nuevos ricos de los últimos cien o doscientos años atrás, cuando coleccionar antigüedades y objetos dispares de naturaleza científica eran moda.