En Londres, puedes encontrar muchos monumentos y rincones que te pueden resultar chocantes. Como si estuvieran fuera de lugar. Una de esas estructuras es el Obelisco de Cleopatra, la también llamada Aguja de Cleopatra, situada en el distrito de Westminster.

En realidad, la pieza nada tiene que ver con Cleopatra, pero la cultura popular le cargó un afortunado sambenito que cuajó. En realidad, su labrado en piedra de Asuán se corresponde con el reinado del faraón Thutmosis III, que gobernó allá por el 1.450 AC. Y fueron los romanos, los que siglos después lo trasladaron de su emplazamiento original en la ciudad de Heliópolis a la costera Alejandría, tal vez para embellecerla, tal vez para llevarse el monumento por mar a un destino más noble.

Y allí fue donde encontraron el obelisco los británicos cuando acabaron las guerras napoleónicas. Como tal vez los romanos, los ingleses se plantearon la idea de llevárselo a casa cuando el pachá Mehemet Alí les hizo el regalo en conmemoración de la victoria de Nelson en Alejandría.

La idea de remitir el significativo obelisco se consideró, y aceptó con muy poco tino, en 1819, pero la obra no fue instalada, curiosamente en un lugar distinto al imaginado en un primer momento, hasta 1878. Un viaje de unos seis mil kilómetros que la mole del obelisco tardó en cubrir más de medio siglo.

Aunque el obelisco tenía todo a su favor desde el punto de vista del interés de sus promotores para hacer el viaje en 1819, el traslado en aquella época se consideraba inviable por cuanto la tecnología naval no podía hacerse cargo del transporte de un bloque de 180 toneladas y veintiún metros en una pieza única. Tampoco el Gobierno británico estaba por la labor de realizar un gasto astronómico por una estructura decorativa.

El Obelisco de Cleopatra permaneció en Alejandría almacenado hasta que en 1877 un conocido anatomista británico ‘se tiró a la piscina’ y pagó de su bolsillo el traslado. El obelisco fue cargado en una embarcación y remolcado por mar lenta y penosamente.

Pero, a la altura de la costa española, una tormenta rompió los cabos y dejó al obelisco y a la embarcación a la deriva. Milagrosamente, gracias a la Marina española el cargamento pudo ser rescatado, reenganchado y despachado hasta Londres.

Se pensó en su momento en colocarlo frente al Parlamento británico, en  un lugar cercano a donde hoy está la estatua ecuestre del Rey Ricardo. Finalmente, acabó en el Victoria Embankment.

Si te acercas a ver el Obelisco de Cleopatra en  una visita a Londres, podrás ver que la estructura está ostensiblemente reparada. Durante los bombardeos alemanes de la Segunda Guerra Mundial, la pieza fue azotada por la metralla y no se restauró hasta el año 2005.

Verás que a los pies del obelisco hay dos esfinges. Parecen antiguas pero no lo son. Se trata de dos recreaciones de su tipo más o menos conseguidas. Más bien menos.

El obelisco está recorrido por figuras jeroglíficas que no se corresponden con relatos de historias del faraón que lo ordenó construir, Thutmosis III, sino de otro posterior, Ramsés II que reinó doscientos años después y que lo aprovechó como valla publicitaria de granito de la tierra para un autobombo que trascendiera los siglos. Y lo consiguió, aunque el ciudadano londinense de a pie no tenga ni la más remota idea de lo que quieren decir los símbolos egipcios.

Sin embargo, hay algo que no podrás ver y es lo que hay debajo de la estructura. Enterrado bajo los apoyos del obelisco. Se trata de una cápsula del tiempo, un pequeño cofre en el que se guardaron periódicos del día de la inauguración, objetos industriales de los que los británicos estaban especialmente orgullosos en 1878, una historia escrita que documenta los pormenores de la azarosa travesía y, cosa curiosa, fotos de las mujeres más guapas que iban a bordo del barco que hizo el traslado del obelisco (¿?).

Ya sabes algo más del patrimonio histórico de Londres y, por supuesto, el obelisco puede ser parte de tu próxima visita a Londres. Y para ponerte más fáciles las cosas, te dejo un enlace: http://www.viajaralondres.com/, una web que te ayudará a organizar tu próxima estancia en la capital británica. En el site, podrás encontrar alojamientos con gusto, estilo, para cada ocasión y para cada bolsillo. Londres te espera.

Una historia egipcia tejida a una sola aguja.

La Aguja de Cleopatra.
La Aguja de Cleopatra.

Recursos para el Viaje:

Hoteles: http://www.guias.travel/ver/?city/gb/london.es.html
Vuelos: http://www.guias.travel/vuelos/
Tours y Actividades para hacer en Londres: http://www.guias.travel/ver-tours/?Londres/d737-ttd
Guía de Londres: http://www.viajaralondres.com

Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

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