Vea lo mejor de Italia en cinco días y enamórese de Asís, Siena, Florencia, Bolonia, Padua, Venecia y Montepulciano, lugares tan cautivadores que no querrá volver a casa. Combinación de visitas guiadas y tiempo libre para descubrir lugares tan conocidos como la Catedral de Florencia o la Basílica de San Marcos y disfrute de cuatro noches de alojamiento en hoteles de tres o cuatro estrellas, dos noches en Florencia y dos noches en Venecia.
Itinerario
Día 1: Roma- Asís-Siena
Conoce la Basilica inferiore di San Francesco d’Assisi. La Basílica de San Francisco desde el año 2000 se ha incluido en la lista de Sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO, es el lugar sagrado por excelencia de Asís, ya que aquí se conservan y conservan los restos del famoso santo. Se compone de un complejo de inmenso valor artístico, tanto por sus estructuras arquitectónicas como por sus preciosos frescos y decoraciones interiores, en las que dos edificios diferentes se mezclan armoniosamente.
Sigue con la Plaza del Campo, Siena. Ubicada en el corazón de la Toscana y rodeada de colinas, es una de las ciudades medievales más bellas de Italia. Según la leyenda, Siena fue fundada por Senio, hijo de Remus, y en la ciudad hay varias estatuas que representan a los legendarios Rómulo y Remo amamantados por el lobo. Piazza del Campo es el núcleo central de Siena desde la época romana, que tuvo su foro aquí.
Día 2: Florencia
Empiece por la Catedral de Santa María de las Flores en Florencia. La capital de la Toscana, alberga muchas obras maestras del arte y la arquitectura renacentistas. Uno de los lugares más famosos es el Duomo, la catedral con una cúpula de azulejos diseñada por Brunelleschi y el campanario de Giotto. Iglesias tan importantes como Santa Maria Novella y Santa Croce, y la catedral de Santa Maria del Fiore, una imponente iglesia de estilo gótico construida en el lugar donde se encontraba la antigua catedral de Florencia.
Cuando se sienta cansado de ver museos y galerías de arte, pasee por las hermosas calles del centro histórico.
Día 3: Bolonia-Padua
La basílica de San Petronio es la iglesia principal de Bolonia: domina la Piazza Maggiore y, aunque en gran parte no está terminada, es una de las iglesias más grandes de Europa. Su imponente tamaño la convierte en la cuarta iglesia más grande de Italia.
La Basílica de Sant’Antonio, conocida como «Il Santo», es el centro religioso más importante de la ciudad y un destino para los miles de peregrinos que invaden la ciudad cada año. El gran edificio tiene una compleja fusión de estilos en su compleja estructura: elementos románicos en la fachada en forma de campana, gótico en el ambulatorio con las siete capillas, bizantino en las ocho cúpulas cubiertas de plomo y morisco en los dos campanarios delgados y delgados.
Día 4: Venecia
Elegante, preciosa, inimitable, divertida, romántica: esta es Venecia, una joya de la escena turística veneciana e italiana, donde iglesias, palacios, puentes antiguos, monumentos y plazas cuentan la vitalidad artística y cultural que marca y aún marca la historia. El corazón de Venecia es la espléndida Piazza San Marco, la sala de estar más elegante de Europa, rodeada de obras de un valor incuestionable: el imponente campanario y la Basílica con sus cinco portales y la decoración de mármol y mosaicos que anticipan la magnificencia y el interior.
De la leyenda del Puente de los Suspiros se desprende que el nombre, en el momento de Serenissima, se habría atribuido al hecho de que al cruzarlo, los prisioneros suspiraron porque eran conscientes del hecho de que sería la última vez que, antes de ser encarcelados. , verían el mundo exterior.
Día 5: Vemice-Montepulciano (región vinícola) – Roma
Montepulciano, famoso por el vino que le da su nombre, se encuentra en una colina a 600 metros sobre el nivel del mar: desde esta altura es fácil perderse con el aspecto entre las verdes colinas toscanas, el cultivo de olivos y viñedos y el Cipreses que marcan agradablemente todo el paisaje. Desde la torre del palacio renacentista de Montepulciano, la vista alcanza las montañas Sibillini y el Cimone.
