Una de las estrellas del Barrio Gótico de Barcelona es su catedral, de eso no hay dudas. El templo atesora restos que hacen retroceder al visitante más de 1.300 años en la historia de la ciudad, y algunos más, si se tiene en cuenta los de su santa principal, Santa Eulalia, enterrada bajo su cripta en un sarcófago de soberbia factura.