En Mont Saint-Michel una pequeña ermita dedicada a Saint Aubert ofrece una imagen perfecta. Aislada en un extremo del peñón, parece escapar de él. Toda una alegoría. Pero la construcción medieval no lo cuenta todo a simple vista. Hay que repasar las leyendas del santo Saint Aubert para saber que ese lugar, precisamente ése, fue el sitio en el que nació su mística. Cuando una de sus proezas infantiles se hizo fama. Tumbó una piedra sagrada celta y gorda de una patada. Nada menos. De la piedra no queda nada, de su recuerdo, la ermita.
Mt Saint Michel es un conjunto monumental situado en las faldas de un curioso islote rocoso de granito situado en la Baja Normandía y unido al continente o desconectado del él en cada marea. La diferencia de altura del agua llega a ser de hasta 15 metros.