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junio 2013

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En el pasado la ciudad de Valencia fue un fortín militar que necesitaba protegerse de los enemigos para evitar invasiones. Su situación era estratégica y ésto hacía que las partes del conflicto quisieran dominarla.

Hoy en día podemos ver descubrir rincones en la ciudad en los que queda más que patente la importancia de Valencia. Uno de esos puntos evidentes de fortificación de la ciudad son las Torres de Serranos. Situadas junto al viejo cauce del río, podemos contemplar uno de los más bellos ejemplos de arquitectura militar del siglo XIV. El enclave de las torres es estratégico y suponía una de las entradas a la ciudad de Valencia en aquellos años del pasado. En sus alrededores se han encontrado restos de sillares del antiguo puerto fluvial romano, lo cual nos confirma la importancia geográfica.

El Baile de Diablos Malditos de Salou, el Ball de Diables Maleïts, en Tarragona, es una celebración popular que no te puedes perder, te la recomiendo. Es dinámica, es apoteósica, es efectista, seduce. Reserva tu mes de agosto para visitar Salou, en esta celebración de la Costa Dorada, porque viene a convocarse  cada año sobre la primera mitad  de ese mes.

Se trata de una fiesta con mucha tradición en el Levante español, que en Salou viene celebrándose de manera ininterrumpida desde 1999, aunque se sabe, por referencias históricas que ya de festejaba en la Corona de Aragón, nada menos que en 1150.

Los bailes de  diablos de aquellos días y  el de hoy de Salou siguen la misma lógica, la de escenificar en la calle la eterna lucha entre el bien y el mal. En Salou, los personajes que llevan el caos y el fuego a la calle están muy bien definidos.

Acercarse a una ciudad para conocerla a través de su historia, de sus monumentos, en muchas ocasiones nos da una imagen fija de una realidad que sólo podemos revivirla si hacemos un esfuerzo de empatía, por imaginar y comprender a las gentes que vivieron en un tiempo pasado.

Por esa razón, los viajes que se organizan para conocer a la gente de los lugares que visitamos y  participar de alguna manera de su convivencia representan una experiencia muchísimo más enriquecedora, tramada de emociones y vivencias, que, si nos han llegado a lo más hondo, recordaremos con placer.

¿Conoces la Catedral de San Pablo de Londres? Bueno, seguro que has oído hablar de ella, es parte de la iconografía de la capital británica e identidad en su skyline.

Muchos turistas que acuden a Londres la visitan en  su plan de viaje, es un fijo en todas las guías de Londres. Entran en el templo, escuchan las historias melosas y dramáticas sobre los inquilinos de las tumbas de Nelson, Wellington, Fleming  o de Lawrence  de Arabia, escuchan las explicaciones de los guías que les cuentan cómo el templo sobrevivió milagrosamente a los bombardeos alemanes de la Segunda Guerra Mundial o cómo se las ingenió su arquitecto Wren para hacer realidad los desafíos de la gran cúpula que corona el templo, la segunda más grande del mundo después de la de San Pedro de Roma.

Cada día llegan a la ciudad de Valencia cientos de turistas con afán de devorar eventos culturales y de ocio y de forma casi habitual suelen ser dirigidos hacia la popular Ciudad de las Artes y las Ciencias. Posiblemente este sea el recorrido «natural» para el turista novato que nunca ha visitado la capital del Túria, pero si no formas parte de ese grupo te interesa conocer alguna alternativa.

Valencia cuenta con una red de teatros y cines que podrían ser la envidia de muchas ciudades españolas, pero que en las últimas décadas ha sufrido el cierre de algunos locales emblemáticos ya extintos y la reconversión de otros que han cambiado «de tercio«. Este es el caso del Cine Flumen que abrió en 1958 como sala de sesión continua y cesó su actividad como cine en 2007 fue recuperado en 2010 para transformarse en el actual Teatre Flumen.

Una de las cosas que más me gusta de la ciudad de Glasgow no tiene nada que ver con su patrimonio cultural, con sus edificios, sino con su ambiente. Entendámonos, me refiero a algo tan común como el tiempo atmosférico. Glasgow es una ciudad del norte de Gran Bretaña y, como es lógico, no es difícil que la encuadremos sin darle muchas vueltas entre las más brumosas y frías con las que podemos compararla. Se nos antoja como otra Edimburgo sombría.

Pues no, Glasgow no es así. Y por éso este comentario en su favor. Tiene un clima local que no se corresponde con su posición geográfica y, para los que la vamos a ver con espaciada frecuencia, se trata de una bendición. Porque Glasgow tiene un clima parecido al de las ciudades del centro de Gran Bretaña. Una visita a Glasgow en primavera y, sobre todo, en verano, es, por ese motivo, singular, toda una experiencia.

¿Quién no conoce el popular Parque del Buen Retiro de Madrid y su Palacio de Cristal?  Junto con el Estanque y el monumento dedicado a la figura de Alfonso XII, el Palacio de Cristal es uno de esos lugares indispensables para visitar en Madrid que además tiene una peculiar historia relacionada, estrechamente, con Filipinas.

Las zonas verdes son pulmones para respirar aire puro y para alegrar la vista, sobre todo en las grandes ciudades en las que las congestiones del tráfico y la masificación de la población se perciben como una distorsión de las necesidades de los ciudadanos. Los parques públicos tienen así función de abrir las ciudades a la naturaleza y a las sensaciones más naturales.

Parques los hay de todos los tipos y colores –por la vegetación dominante- pero algunos tienen personalidad propia, una identidad que los caracteriza, nacida de su historia o de su uso colectivo. Algunos de esos parques singulares me vienen a la memoria y las experiencias vividas en ellos.