¿Por qué visitar Granada? Esta es una buena pregunta que encierra un mundo de respuestas. Según el ilustre escritor norteamericano Ernest Hemingway, “si tuviéramos de visitar una sola ciudad en España, esta debería ser Granada”. Después del recorrido de Granada en 3 días, qué hacer, ver y visitar que hemos preparado espero que Hemingway y tú lleguéis a la misma conclusión. ¿Nos acompañas?
La gastronomía granadina es famosa en todas partes y una de las muchas razones por la que los turistas acudimos a esta maravillosa ciudad es por sus deliciosos platos y sus atractivas y suculentas tapas, que podemos disfrutar a cada paso de nuestro itinerario.
Los viajes que llegan al interés del viajero con una experiencia previa vívida son los mejores. Porque la elección del destino se hace con un valor añadido, se va a conocer lo que te han contado, lo que has visto en imágenes, lo que has leído. Y se cierra el círculo cuando la experiencia en el lugar coincide plenamente con lo que se imaginó. Esos son los viajes que quedan prendidos en la memoria.
En las líneas que siguen, voy a hacer de cicerone para ti, voy a compartir contigo anécdotas muy curiosas de una zona de la ciudad de Granada que ya es una joya por sí misma. Te voy a contar algo del barrio del Realejo, la antigua judería de Granada. Todo, en la idea de bajes a Granada a descubrirlo por ti mismo.
¿Vives en España y sueñas con disfrutar de la Costa Tropical con aguas cristalinas y días soleados increíbles?. No creas que tiene que viajar a la Riviera Maya y hospedarte en un Complejo Turístico con el «todo incluído» y reposar en la tumbona mientras tomas el Sol mojito en mano…
La Alhambra de Granada es una de las maravillas de nuestro patrimonio cultural. Ahí tenemos a los cientos de visitantes que cada jornada se acercan como una riada a ella para honrar esa dignidad de ser un palacio árabe único, bello, magnífico.
Quién más o quién menos conoce algunas de sus dependencias, aunque sólo sea de oídas, como el famosísimo Patio de los Leones, el de los Arrayanes o el Salón de los Embajadores. Son estancias archifotografiadas. Sin embargo, hay algo que también hemos contemplado hasta la saciedad en ese mismo escenario, pero curiosamente sin haberlo visto. Lo hemos tenido delante de nuestros ojos, para no verlo.