A Ámsterdam, por sus canales, la llaman la ‘Venecia del Norte’. Los canales de Ámsterdam no sólo son un atractivo principal de la capital holandesa, también es una forma perfecta para recorrer la ciudad y conocerla. Para disfrutar de una ciudad con una mentalidad abierta que es todo un referente de la cultura europea.

Los canales de Ámsterdam han formado parte del paisaje de la ciudad desde principios del siglo XIV, aunque la mayor parte de ellos fueron construidos en el siglo XVII, la época dorada de Ámsterdam.

Fue en ese siglo XVII cuando las autoridades de la ciudad, por aquel tiempo muy próspera, se decidieron a acometer una obra monumental consistente en tres canales concéntricos semicirculares y alrededor de la ciudad vieja.

Posteriormente, cientos de calles estrechas y pequeños canales se adaptaron al plan cruzando los semicírculos de los grandes canales dando lugar a 90 islas y 1.280 puentes, siempre dentro de los límites de la ciudad.

Los grandes canales, a su vez, terminaban en zonas libres o plazas a las afueras de Ámsterdam que se utilizaban ya en aquel tiempo como espacios de aparcamiento.

Durante mucho tiempo, los vehículos no estuvieron permitidos en la ciudad. También, por esa razón, el uso de bicicletas se convirtió en una norma en los desplazamientos dentro de la ciudad.

Otro dato, los canales mayores y, por extensión, los más pequeños están protegidos de las embestidas y subidas del Mar del Norte gracias a un sistema de cierres que hacen de protección contra las avenidas de agua de mar.

Los canales de Ámsterdam y los puentes que los cruzan ofrecen algunas de las imágenes más hermosas de la ciudad. Pero los canales ofrecen también una forma práctica de viajar por la ciudad.

Un sistema de autobuses acuáticos y tres rutas diferentes por la ciudad ofrecen conexiones para ir y venir de un punto a otro de la ciudad. Por supuesto, los canales de Ámsterdam también son parte de la floreciente industria turística de la capital holandesa.

Desde el punto de vista social, los canales de Ámsterdam son el medio natural para muchas actividades comunitarias recreativas y festivas. Por ellos van no pocos desfiles que en otras ciudades se harían a pie como los de Carnaval.

Cuando los canales se hielan en invierno, se suele practicar patinaje en ellos. Lo habitual es acabar las sesiones de patinaje tomando una taza de ‘snert’, un tipo de sopa de guisantes tradicional. Ya te puedes imaginar, para pasar el frío.

Otro de los atractivos sociales de los canales de Ámsterdam para los ciudadanos de la capital holandesa es el que está relacionado con su habitabilidad. En los canales vive mucha gente en casas flotantes que es algo así como una ciudad dentro de otra ciudad.

¿Y qué podemos decir del agua de los canales?. Pues que está razonablemente limpia. Tres veces por semana, las compuertas que dan al Mar del Norte se abren para dejar pasar flujos de agua limpios.

A pesar de éso, no deja de haber cierta cantidad de aguas residuales que se escapan de muchas casas flotantes. Por éso, no es buena idea bañarse en las aguas de los canales de Ámsterdam. Si se te había pasado esa idea, ya te lo puedes ir quitando de la cabeza, aunque puedas ver barcazas operando como camiones de basura recogiendo los desechos.

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Canales de Ámsterdam.
Canales de Ámsterdam.
Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

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