Un palacete olvidado del siglo XIV junto al Támesis, un reloj de sol que da la hora cuando le dejan, una gallera real de la que sólo se conservan los escalones de la entrada y unas tapas de hierro para el carbón que ayudaban a mantener inmaculados los interiores de las casas victorianas más refinadas. Detalles de Londres perdidos en el callejero de la ciudad que son una invitación para descubrir para los viajeros más curiosos. Veamos esos detalles curiosos:

– El Palacete de Eduardo III. Como sucede con muchos monumentos antiguos de Londres que no están señalizados, los restos de una casona del rey Eduardo III (1527-1579) pasan totalmente desapercibidos para el viajero. El conjunto fue levantado en 1353 en Bermondsey y, en su momento, estuvo totalmente rodeado de agua. Sólo se aprecian los cimientos excavados de la construcción junto al Támesis.

– El curioso reloj de sol de St. Katherine. En la fachada sur de la Iglesia de St. Katherine, en Leadenhall Street, se puede ver una curiosa estructura con forma triangular que se corresponde con un reloj de sol. El artefacto, colocado en 1706, lleva inscrito el lema de ‘non Lumine’ (‘sin luz’). El caso es que el reloj de sol ha quedado tan encajado entre los edificios que la luz del sol le llega en determinados momentos del día. Se trata de un reloj de sol efectivamente sin luz que le de la hora.

– Gallera Real. La Real Cockpit, o Gallera Real, fue construida junto al Birdcage Walk. Las peleas de gallos se hicieron populares en el periodo de los Tudor y fue una manera de hacer dinero para las clases bajas que atestaban las galleras y hacían apuestas. Los gallos debían ser de la misma altura y peso y con sus colas y sus alas recortadas.

Deporte regulado

Se trataba de un deporte muy regulado que vivió una segunda época dorada en el siglo XIX. Sin embargo, el Parlamento Británico, sensibilizado por la crueldad de las peleas de gallos, decidió declararlas ilegales en 1849. Sin embargo, la Gallera Real no llegó tan lejos en el tiempo porque fue demolida en 1816. De la Royal Cockpit, sólo queda hoy como curiosidad unos pocos escalones del edificio en la Queen Anne´s Gate.

– Agujeros para el carbón. En Londres, se habilitaron huecos para el carbón en la calle para evitar arrastrar los sacos que lo contenían por los pasillos de las casas. Las tapas de estos agujeros, parecidos a los de las alcantarillas, aún se pueden ver sobre las aceras de las calles del centro de Londres.

Se trata de tapas de hierro fundido que ofrecían decoraciones refinadas que estaban a la altura del nivel de ingresos de los dueños de las viviendas. Las tapas se empezaron a colocar a principios del siglo XIX y a mediados del XX dejaron de usarse porque se declaró ilegal quemar carbón en la ciudad bajo una ley, la Air Clean Law. Las diseños de tapas de carbón más exquisitos se pueden ver en la zona de Pimlico.

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Agujero para el carbón.
Agujero para el carbón.
Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

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