Al Gianicolo se le considera a menudo como la octava colina de Roma en referencia a las famosas Siete Colinas de la antigua ciudad imperial. En lo alto del Gianicolo, hay toda una serie de lugares de interés, especialmente varios monumentos patrióticos italianos. Para localizarte el lugar, decirte que el Gianicolo está situado en el barrio del Trastevere, en la orilla izquierda del río Tíber, al otro lado del centro histórico de Roma.

En Ginanicolo fue la segunda colina más alta de la antigua Roma. Se cree que fue un centro de devoción del dios Jano, de ahí su nombre. Debido a sus impresionantes vistas sobre la ciudad, se cree que los sacerdotes hacían ceremonias propiciatorias en lo alto de la montaña para hacer augurios y pedir a los cielos.

Cuando el Muro Aureliano fue construido alrededor de Roma en el siglo III, se habilitó un camino hasta el Gianicolo para que los molinos de agua, que se usaban en aquel tiempo para moler maíz y hacer pan, pudieran surtir con su harina y abastecer a la ciudad de Roma. Los viejos molinos cumplieron su función hasta finales del siglo IX.

Casi mil años después, la colina del Ginanicolo fue escenario de una batalla memorable. En 1849, Giuseppe Garibaldi luchó en el lugar contra las tropas francesas que atacaban Roma. A pesar de que el Ejército francés superaba a los italianos en número, fueron capaces de resistir durante semanas. Este evento histórico llevó posteriormente a construir una serie de monumentos en conmemoración de la gesta que dio lugar a la unificación italiana.

Muchos romanos suben a la parte alta de la montaña para huir del bullicio de la ciudad, también porque el espacio ofrece actividades populares, uno de los más destacados, un teatro de marionetas.

Monumentos

De entre todos los monumentos del lugar destaca el de Garibaldi, una estatua de gran tamaño que se encuentra en el centro de una pequeña plaza que fue habilitada para la escultura en 1895. Se trata de una obra del artista Emilio Gallori. Además de la figura a caballo, hay otras cuatro estatuas que representan alegorías del tema de la patria y del resurgimiento de Italia. Una inscripción en el pedestal es muy elocuente: ‘Roma o muerte.

La mujer de Giuseppe Garibaldi, Anita, que luchó con él, también es recordada con una estatua ecuestre. Fue diseñada en 1932 por otro artista, Mario Rutelli. La escultura representa a Anita Garibaldi en una actitud puramente del Salvaje Oeste. Se la puede ver sobre un caballo encabritado con una pistola en la mano derecha, al tiempo que sostiene en la otra mano a su hijo recién nacido.

Las dos estatuas de los Garibaldi están situadas entre sí a solo un centenar de metros, conectados por el Viale Aldo Fabrizi. La zona está llena de bustos que hacen honor a diferentes patriotas italianos.

Y hablando de monumentos de patriotas. Uno de ellos es especialmente singular, se trata de un arco rectangular en el que también se han inscrito las palabras ‘Roma o muerte’. El monumento está situado en la ladera sur y con él se rinde homenaje a quienes lucharon en las guerras de 1848 y 1870 con las que se obtuvo la independencia de Italia.

Una vista totalmente distinta desde lo alto de la colina es la que ofrece el Faro Al Gianicolo, un faro construido en el lugar en 1911. El faro fue un regalo de los inmigrantes italianos en Argentina. La construcción también es conocida como el Faro Manfredi en alusión a su creador, Manfredo Manfredi.

En la zona más baja de la colina, se puede ver una iglesia singular, la de San Pietro in Montorio, que formaba parte de un convento levantado a finales del siglo XV. El lugar elegido -erróneamente- fue el de la crucifixión de San Pedro. La iglesia fue levantada por el rey español Fernando II, que era el dueño del terreno.

En uno de los claustros de la derecha de la iglesia, que se dice que fue el lugar exacto de la crucifixión de San Pedro, se encuentra el Tempietto, un pequeño santuario circular que fue levantado en 1502 por Donato Bramante. Bramante basó su diseño en el del antiguo Templo de Vesta en Tivoli. Se trata de la primera obra del arquitecto florentino en Roma, el mismo que introdujo el estilo renacentista en la capital italiana.

En la colina, también hay que ver la Fontana dell’Acqua Paola, una fuente barroca construida en 1612 por el Papa Pablo V. La fuente se debe a dos arquitectos, Flaminio Ponzio y Giovanni Fontana. Fue construida para celebrar la reapertura del antiguo acueducto romano que construyera en el año 109 el emperador Trajano. La fuente utilizó mármol procedente del Foro Romano y, con ello, se destruyó el Templo de Minerva que, hasta ese momento, se había mantenido más o menos intacto.

En la zona oriental de la colina del Gianicolo, se encuentra el Orto Botanico, un espacio de doce hectáreas que forma un gran jardín botánico que data del siglo XIX. El jardín se acomoda en un lugar que en otro tiempo perteneció al cardenal Corsini.

En el Orto Botanico, crecen miles de especies de jardín, aunque también hay diferentes estructuras y localizaciones interesantes. Entre ellas, un viejo invernadero, una escalera monumental y dos fuentes. Sin embargo, no se puede acceder al jardín botánico desde el Gianicolo, el acceso principal se encuentra en el lado este, al pie de la colina, cerca del Palacio de Corsini.

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Vista desde la colina del Gianicolo.
Vista desde la colina del Gianicolo.
Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

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