Burlington Arcade es una galería comercial antigua de Londres. Cuando se construyó se copió un estilo comercial de principios del siglo XIX que fue importado de París donde cobraron bastante auge. Este tipo de galerías comerciales cerradas fueron las precursoras de los centros comerciales de lujo. Galerías como la de Burlington Arcade se extendieron por el centro de Londres porque protegían a los clientes del tráfico de las calles y, sobre todo, de las inclemencias del tiempo.

La historia de Burlington Arcade es bastante curiosa. Todo comenzó cuando una señora, Lady Cavendish, que vivía con su esposo Lord George Cavendish en Burlington House, se hartó de que los transeúntes tiraran basura en su jardín. Para evitarlo, levantó un muro para separar la calle de su jardín. Pero la gente siguió arrojando desperdicios por encima del muro.

Se dice que para evitarlo también el marido pidió al arquitecto Samuel Ward que le diseñara una galería comercial cubierta. Ward se inspiró en los pasajes comerciales cubiertos de París y creó un espacio cubierto con cristales y espacio para 72 tiendas con escaparates de caoba.

El lugar, a pesar del paso del tiempo, apenas ha cambiado. Sólo se le añadió una portada ostensa en Picadilly Circus en 1911. Obra que fue creación de Arthur Beresford. También el suelo, originariamente de madera, fue sustituido en su día por otro de piedra que es el que se puede ver también hoy.

Durante los bombardeos de Londres de la Segunda Guerra Mundial, la Burlington Arcade fue dañada y no se reconstruyó hasta la década de 1950.

Clientes exigentes

Burlington Arcade sigu siendo un lugar apreciado por los clientes más exigentes. Muchas de las tiendas tienen autorización real, lo que significa que venden sus productos a la familia real británica.

Las tiendas son bastante exclusivas y sus artículos difícilmente los podrás encontrar en otros lugares. En ellas, se puede comprar joyas, accesorios, artículos de marroquinería, perfumes, relojes, zapatos y todo tipo de regalos de calidad.

A principios del siglo XIX, las calles de Londres eran un lugar bastante inseguro, especialmente porque no había ninguna autoridad policial. Para dar seguridad a sus tiendas, Lord Cavendish decidió contratar a ex miembros de la unidad militar a la que pertenecía, los llamados husitas, con los que se mantenía el orden en la galería.

Esos vigilantes aún trabajan como bedeles en la galería con sus trajes antiguos, con sombreros de copa y frac y son una atracción en sí mismos. Entre sus obligaciones está que no se cante, que no se silbe, que no se corra por los pasillos y que no se abran paraguas bajo techo. En otras épocas, solía haber sillones en los extremos de la galería para el descanso de los vigilantes, pero hoy ya no gozan de esos lujos.

Más galerías

La Burlington Arcade no es la única galería de la zona. Justo enfrente se puede visitar la Picadilly Arcade que abrió casi un siglo más tarde que la primera, en 1909. Otra más, la Royal Arcade, situada entre Albemarle Street y Old Bond Street se inauguró en 1880 y une Piccadilly con Jermyn Street. También en Picadilly está la Princess Arcade que se abrió en 1933.

Un poco más lejos, hacia el sureste de Burlington Arcade, entre Pall Mall y Charles II Street está la galería comercial más antigua de Londres, la Royal Opera Arcade que abrió sus puertas en 1815 y está iluminada con hermosas claraboyas en el techo.

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Burlington Arcade.
Burlington Arcade.
Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

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