El Paseo de Gracia le nació Barcelona como un camino rural, le creció como un campo para el famoseo de época, pero, al hacerse mayor, se ganó una identidad propia. Barcelona tiene un don, el Paseo de Gracia.
Barcelona es una ciudad que me fascina, que se me antoja diferente en cada visita, porque siempre acabo descubriendo algo nuevo, algo distinto, algo desconocido. Detalles sí, que me ayudan a componer un collage, el de una ciudad abierta formada por infinitas piezas.
Cuando evoco a Barcelona, en realidad, tal vez piense en el modernismo catalán como imagen fija que es así, un gran puzle visual, formado por esas piezas singulares.