Un aforismo británico reza que si los cuervos de la Torre de Londres desaparecieran, la Corona y Gran Bretaña misma llegarían a su fin. Por esa razón, por pura superstición o por pura costumbre británica, ahí siguen los cuervos desafiando el paso del tiempo. No sea que haya un gramo de verdad en el asunto. Quién sabe.