La Porte Saint-Denis de Chantilly es un edificio que no lo es, es una construcción que parece terminada, pero que no lo está y es un lugar clave de la ciudad, que es un congestionado acceso de vehículos, pero que apenas consta en las guías de viaje que describen el patrimonio de Chantilly. La Porte Saint-Denis es una pieza ausente y presente a partes iguales del patrimonio histórico y arquitectónico de Chantilly.
El Castillo de Chantilly ofrece un rincón muy curioso, un conjunto de viviendas bajas y una serie de zonas verdes que la envuelven, que fueron diseñados a finales del siglo XVIII con la finalidad de acoger y entretener a los invitados de la residencia y que hoy en día se considera un raro ejemplo de jardín anglochino.