Nápoles es una ciudad sorprendente como se podría esperar de una gran capital del sur de Italia. Vibrante, agitada, cordial, entusiasta, pasional… Nápoles es todo éso y más. ¿Y qué podría contarte que te animara a viajar a Nápoles para descubrir sus esencias donde viven?: en la calle.

Puestos a reseñarte media docena y media de razones, lugares y situaciones que te enamorarán, yo te diría que te apuntaras a visitar Nápoles por sus pizzas, por el Museo Arqueológico, por lo que hay debajo de la misma capital, en su subsuelo, por sus castillos, por su pintura (Caravaggio, Miguel Ángel y Rafael), por su animado movimiento urbano, por sus pasteles, por su arrebatado barroco y por un deporte aventura sólo apto para cardíacos, conducir mottorinos. ¿Vemos esas mis excelencias de Nápoles?

-Pizzas napolitanas. La pizza es un alimento popular en Italia y con el tiempo, en todo el mundo. ¿Y dónde nació?. Sí, en Nápoles, en el siglo XIX. Y la ciudad sigue teniendo, incluso dentro de la misma Italia, un gran prestigio en lo que a calidad, variedad y originalidad de pizzas se refiere. Un lugar donde encontrar las mejores, en la Vía dei Tribunali de Nápoles, Decumani o Di Matteo.

-Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. Ver las ruinas de Pompeya y de Herculano es una obligación para los amantes del mundo romano y de las antigüedades de Italia. Sin embargo, no sé si sabes que muchos de los restos de ambas ciudades y de otros yacimientos importantes se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. El Toro Farnesio, mosaicos, frescos, la Artemisa de Éfeso, objetos de la vida cotidiana. No debes perderte su Gabinetto Segreto, objetos eróticos con acceso sólo para adultos… Mucho que ver.

-Ciudad subterránea. Nápoles se ha levantado sobre toba, un material volcánico muy blando y fácil de trabajar. El subsuelo de Nápoles está formado por una amalgama de construcciones de todas las épocas y para todos los usos. Desde acueductos griegos a cámaras funerarias paganas, pasando por catacumbas como las de San Genaro en la vía Capodimonte, las de San Gaudioso en la Piazza Sanità, y terminando con los refugios antiaéreos de la Segunda Guerra Mundial. Más que descubrir bajo el nivel de la calle.

-Tres castillos tres. La bahía de Nápoles y sus recursos siempre fueron codiciados. Para evitar asaltos e invasiones por mar, Nápoles se armó, no con un castillo, sino con tres. Los castillos de Castel Nuovo, al borde del mar, el Castel Sant’Elmo y el Castel Capuano. Todos comenzados en los siglos XI y XII.

-Pintura excelsa. En Nápoles puedes encontrarte con algunas de las obras más sobresalientes de maestros como Caravaggio, Miguel Ángel o Rafael. ¿Dónde?. Pues en el Museo de Capodimonte. Superior en la calidad de las obras a galerías con fama italianas como la de los Ufizzi. En Capodimonte podrás ver obras de estos autores y de otros más, con cuadros tal vez menos destacados en su trayectoria, pero ahí están: Botticelli, Bellini, Tiziano, Artemisia Gentileschi. Busca la erupción del Vesubio de Andy Warhol, ya verás.

-Ciudad efervescente. Nápoles amanece cada día lenta y relajada. Tranquila. Pero no te equivoques. A la caída del día, esa serenidad se transmuta. Especialmente en los alrededores de la universidad y en Spaccanapoli, que podríamos traducir por un ‘Rompe Nápoles’. Una vida nocturna que podrás revivir cada día en lugares muy concretos como Piazza Amadeo o la Plaza de los Mártires.

-Pasteles napolitanos. La herencia de las culturas que pasaron por Nápoles dejaron una huella dulce. Entre los siglos XII y XIX, franceses, españoles, austriacos dejaron sus dulces para nuestro deleite. Pide baba, zeppola, sfogliatelle y en Pascua, el pastiera. Ya verás.

-Barroco bizarro. El barroco de Nápoles es como la pasión de los napolitanos, un arrebato. Lo podemos encontrar en monumentos como el del Cappello Sansevero, del siglo XVI. Las esculturas son sus excelencias. No hay que dejar de ver en Cristo Velado de Giuseppe Sanmartino y los modelos anatómicos del siglo XVIII.

-Deportes de aventura en plena calle. El trasiego de motos, de motorinos, por el centro de Nápoles adquiere la condición de turba sobre ruedas en las horas punta. Es un espectáculo. Todo Nápoles parece ir en moto a determinadas horas del día.

Nápoles te espera, para descubrirla así como te la he mostrado en estos detalles tan particulares que me seducen o para guiarte por lo que te mueve o te conmueve. Tú decides.

Para ponértelo más fácil, te dejo una referencia de excursiones de un solo día en los alrededores de Roma, para viajar a Roma, que incluyen visitar Nápoles y que podrás encontrar en el portal Viajararoma.com.

http://www.viajararoma.com/ciudades-para-visitar-cercanas-a-roma/napoles/

Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

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