‘El Palazzo Donna Anna no es una ruina, sólo está sin terminar, ¿no es ese su verdadero encanto?’ Así se refería uno de los personajes de la película italiana ‘Fuoco su di me’, de Lamberto Lambertini, cuando observaba uno de los palacios más conocidos de Nápoles levantado sobre los rompientes del Mediterráneo en una postura tan acrobática como temeraria. El Palazzo Donna Anna es la residencia oficial de algunos de los fantasmas más antiguos conocidos de Nápoles y lugar preferido de leyendas urbanas.
Nápoles es una ciudad sorprendente como se podría esperar de una gran capital del sur de Italia. Vibrante, agitada, cordial, entusiasta, pasional… Nápoles es todo éso y más. ¿Y qué podría contarte que te animara a viajar a Nápoles para descubrir sus esencias donde viven?: en la calle.
Prócida es una apacible y tranquila isla del Golfo de Nápoles, a la vista de la ciudad, que nació del fondo del Mediterráneo y con la ayuda de volcanes. Prócida es un destino vacacional y náutico del que los griegos decían que era una pura mentira. Su nombre antiguo se asocia al de ‘pròkeitai’, ‘las mentiras’, dicen que por la facilidad con la que Prócida aparecía y desaparecía sobre el horizonte de la bahía. Prócida puede ser la extensión perfecta de una visita a Nápoles.
La ciudad de Nápoles acoge la mayor plaza pública de todas las que se pueden ver en las ciudades italianas, la Piazza del Plebiscito, 25.000 metros cuadrados de explanada en cuyo perímetro se ordenan algunos de los edificios más importantes y representativos de la ciudad.
La Galleria Umberto I de Nápoles es una histórica construcción comercial del siglo XIX que se ha adaptado muy bien al paso del tiempo. Hoy, es un centro comercial con sabor añejo, muy chic, que acoge a lo más selecto de las marcas de moda a nivel internacional. Pero no siempre fue así.
La iglesia del Gesù Nuovo, también llamada de la Trinità Maggiore, es uno de los templos más curiosos, por no decir extraño, de la ciudad de Nápoles. Y lo es por su llamativa fachada formada por almohadillados de piedra piramidales de cantería negra que le dan un aspecto no muy diferente del que ofrece la piel de un reptil. Mira la fotografía que acompaña esta descripción y saca tus propias conclusiones.