La ciudad de Nápoles acoge la mayor plaza pública de todas las que se pueden ver en las ciudades italianas, la Piazza del Plebiscito, 25.000 metros cuadrados de explanada en cuyo perímetro se ordenan algunos de los edificios más importantes y representativos de la ciudad.
La enorme Piazza del Plebiscito es un regalo para el visitante que encuentra muy cerca unos de otros algunos de los conjuntos del patrimonio de la ciudad. Para los napolitanos, la plaza es un lugar de encuentro y un espacio para las citas importantes. En Navidad, cuando tocan los mítines políticos, cuando se convoca un evento musical. En la Piazza del Plebiscito, por ejemplo, Nápoles se despidió de Enrico Caruso, con fervor desmedido, como sólo lo saben hacer las gentes del sur de Italia.
La gran Piazza del Plebiscito es fácil de encontrar, está situada al final de la Via Toledo, junto al paseo marítimo de Nápoles. El nombre de Piazza del Plebiscito llegó cuando hacía tiempo que era el centro político y social de la ciudad, en 1860. La denominación celebra el plebiscito que declaraba la anexión del Reino de Dos Sicilias al de Cerdeña.
Originariamente la plaza tuvo una forma más irregular, un perfil más caótico. Desde el siglo XVII, los napolitanos intentaron corregir esa forma para dar la belleza y la perspectiva que merecía el lugar.
Pero no fue hasta comienzos del siglo XIX, en tiempos de la ocupación francesa, cuando, aprovechando la demolición de las iglesias de San Luigi di Palazzo y la Iglesia del Santo Spirito, se le dio la forma actual. En su lugar se levantaron los palacios del gobierno y hasta se pensó acondicionar un edificio que contara las glorias de Napoleón. Pero, no.
Edificios importantes
En el perímetro de la Piazza del Plebiscito se ordenan hoy los conjuntos de la Basílica de San Francisco de Paula, el del Palacio Real, el Palazzo Salerno, el de la Prefectura. No muy lejos de la explanada, el viajero que quiere visitar Nápoles puede acceder a otros monumentos con apenas un breve paseo. En la lista de los edificios ‘próximos’ encontramos el Teatro San Carlo, la Galleria Umberto I, más arriba, el conjunto de la Cartuja de San Martino y el Castel Sant’Elmo.
La Basílica de San Francisco de Paula es el edificio más dominante del perímetro de la plaza. Fue construido por el rey Fernando I, como una especie de ofrenda para el reino después de años de dominación francesa.
Se trata de un conjunto neoclásico que fue completado entre los años 1817 y 1846. El modelo de referencia fue el Panteón de Roma. Su interior está decorado con estatuas y pinturas de aquel tiempo, con la excepción del altar que es del siglo XVII que se mantuvo de la construcción anterior.
En la plaza ‘cabalgan’ las esculturas ecuestres de Carlos III y su hijo Fernando, Borbones y reyes del reino de Nápoles. La figura de Carlos III es obra del gran Canova, la de Fernando, de su alumno Antonio Cali.
En los últimos años, los napolitanos se han puesto de acuerdo sobre la finalidad de la plaza, a la que se la ha dejado libre de nuevas construcciones. Para llegar a seguir siendo lo que es, parte de su identidad y una de las mejores imágenes de postal de la ciudad.
La Piazza del Plebiscito te espera. Si quieres visitar Nápoles, es una parada obligada. Y si deseas prepararla con propuestas interesantes, una recomendación, el portal Viajararoma.com, donde podrás encontrar excursiones de un solo día en los alrededores de Roma que incluyen, éso, visitar Nápoles. ¿Te apuntas?
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