Construido en honor a la diosa romana de la paz, el Ara Pacis es un impresionante ejemplo de escultura y de arquitectura romanas antiguas. El altar simboliza la instauración de la paz en el Imperio Romano. Su nombre original es el de Ara Pacis Augustae, el Altar de la Paz del Emperador Augusto, pero, por convencionalismos prácticos, se ha reducido a sólo Ara Pacis.
El monumento fue levantado como altar en el año 9 antes de Cristo y, como te habrás podido imaginar, fue encargado por Augusto para celebrar las victorias en la Galia y en Hispania, lo que hoy son los estados modernos de Francia y España. Con esas victorias, se alcanzaba entonces la paz en el territorio imperial. En su momento, se consideró también uno de los monumentos más importantes de Roma.
Se dice que el altar representa a la paz y a la prosperidad alcanzadas como resultado del mayor tiempo del que se disfrutó en el Imperio sin guerras, desde el 27 aC hasta el año 180. El Ara Pacis está situado en el lugar de Roma que fue conocido como Campo de Marte, una zona llana e inundable por el río Tiber.
El lugar elegido fue precisamente el situado bajo el obelisco del Campo de Marte, hoy la Piazza di Montecitorio, justo para que el día del cumpleaños del emperador Augusto, su sombra cayera sobre el altar. Sin embargo, a medida que fueron pasando los siglos, el Ara Pacis se fue hundiendo bajo toneladas de sedimentos. Las primeras esculturas de su conjunto no vieron la luz de nuevo hasta el siglo XVI.
El diseño del altar
El Ara Pacis fue esculpido en mármol blanco. Las escenas que se se pueden ver en el altar representan cómo se entendía la piedad tradicional romana. El emperador y su familia ocupan un lugar destacado entre las esculturas del monumento. Todavía hay un debate sobre el verdadero significado de algunos de los paneles de los relieves, en particular el que está situado en la fachada este. Lo que sí es cierto es que los relieves de la parte norte y sur muestran una procesión que tuvo lugar el 14 de julio del año 13 antes de Cristo.
En el interior del Ara Pacis, en otro tiempo, había un altar real, decorado con esculturas de leones alados. Lo más destacable del altar es que son un ejemplo del tipo clásico de escultura romana. A diferencia de la escultura griega, las reproducciones representan a personajes reales y no imágenes idealizadas.
A medida que fue pasando el tiempo y tras la desaparición del Imperio Romano, las esculturas fueron desapareciendo como consecuencia del expolio continuado. En 1938, finalmente, el Gobierno de Mussolini fue el primero en proteger la construcción. En esas fechas, se construyó una gran estructura para conservar los restos cerca del Mausoleo de Augusto. Pero el edificio que los visitantes pueden ver hoy no es ése, sino un pabellón concebido por el arquitecto norteamericano Richard Meier. Una exposición permanente, el Museo del Ara Pacis, abrió sus puertas en 2006.
En la actualidad, el Ara Pacis es una combinación de fragmentos originales que permanecieron en el mismo lugar a lo largo del tiempo y de figuras y moldes de yeso que reproducen los motivos decorativos que se encuentran en museos de todo el mundo.
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