Pocos templos de Chartres pueden presentar un historial tan desalentador como la Iglesia de Saint-André. Desde su erección en la Alta Edad Media, la construcción fue reedificada hasta cuatro veces, sufriendo tres incendios y al menos tres desplomes graves que obligaron a demoler preventivamente algunas de sus partes.
El Hotel de Postes de Chartres, la central de Correos de la ciudad, ofrece una acertada perspectiva de la época en la que se construyó. Fue diseñado por un arquitecto comprometido con la finalidad social de los edificios públicos, se levantó en una época de importantes cambios tecnológicos, y, en apariencia, sólo en apariencia, su perfil parece rememorar la estética caduca decimonónica de las viejas construcciones eclécticas. Pero sólo por fuera, la estructura del edificio de la central de Correos de Chartres se hizo entre 1919 y 1928 con un revolucionario armazón de hormigón armado, todo un desafío para su tiempo.
El edificio del Ayuntamiento de Versalles tiene un encanto especial, una distinción formal a la que no fue ajena la existencia de los grandes palacios de la ciudad a los que se quiso imitar.
En Mont Saint-Michel una pequeña ermita dedicada a Saint Aubert ofrece una imagen perfecta. Aislada en un extremo del peñón, parece escapar de él. Toda una alegoría. Pero la construcción medieval no lo cuenta todo a simple vista. Hay que repasar las leyendas del santo Saint Aubert para saber que ese lugar, precisamente ése, fue el sitio en el que nació su mística. Cuando una de sus proezas infantiles se hizo fama. Tumbó una piedra sagrada celta y gorda de una patada. Nada menos. De la piedra no queda nada, de su recuerdo, la ermita.
¿Te suenan nombres como macarones, Saint-Honoré, París-Brest, tarta Tatin o religieuses? Todos estos nombres provienen de la pastelería francesa, que cuenta con una gran reputación en todo el mundo. La repostería francesa es elegante, refinada, y a la vez llamativa y original. Si estás de visita por París no dejes de lado esta parte tan importante por descubrir de la ciudad y del país, y endulza tu estancia pasando por sitios tan famosos como La Durée, que es todo un símbolo de París.
La ciudad de Chartres tuvo a su servicio una serie de edificios ubicados pared con pared que se utilizaron para usos públicos y comunitarios que no pudieron ser más diferentes entre sí. Es la Enclos de Loëns, el Recinto de Loëns o también la conocida como Despensa de Loëns.
El Castillo de Chantilly ofrece un rincón muy curioso, un conjunto de viviendas bajas y una serie de zonas verdes que la envuelven, que fueron diseñados a finales del siglo XVIII con la finalidad de acoger y entretener a los invitados de la residencia y que hoy en día se considera un raro ejemplo de jardín anglochino.
Pièce d’eau des Suisses, la Parte de Agua de los Suizos, es una enorme extensión de aguas retenidas situadas en un estanque a cielo abierto en el lado sur del Palacio de Versalles. Recuerda el nombre de quienes excavaron el lugar para crear la balsa de agua, miembros de un regimiento de guardias suizos del rey Luis XIV que lo completaron entre los años 1679 y 1684.
Las vidrieras de la Catedral de Chartres son un monumento a la capacidad humana de innovar y a la de armar ilusiones y esperanzas por una causa. Cristales que cuentan historias santas, pero que también esconden otras menos nobles. Vidrios decorados con un azul imposible que son testimonios de una revolución que cerró tinieblas y abrió luz y color para un nuevo tiempo y una nueva fe. Así te lo cuentan los cristales de Chartres.
¿Conoces la porcelana de Chantilly? Fue un artículo de lujo que volvió a nacer en Francia en el siglo XVIII con innovaciones químicas que mejoraron los diseños de las piezas tradicionales orientales. El Castillo de Chantilly guarda una importante colección que es un espacio de referencia para quienes disfrutan con estas pequeñas obras de arte con sabor histórico.
Versalles te ofrece un museo, una exposición única, que literalmente te tocará las narices. Se trata de la Osmoteca, una biblioteca de perfumes en la que podrás encontrar aromas históricos, perfumes de reinas y de emperadores, olores que te llevarán a un mundo de esencias.
La Maison du Saumon y la Escalera de la Reina Berta son dos construcciones curiosas del gótico de la ciudad francesa de Chartres que te recomiendo que veas en cualquier visita a la ciudad.
París es una de las ciudades con más encanto del mundo y, sin duda, es uno de mis lugares favoritos para visitar. Cuenta con un riquísimo patrimonio cultural y arquitectónico con el que te podrás deleitar paseando por esta colosal ciudad. Cuando visito la capital parisina mi vista siempre se dirige y se centra hacia lo alto, hacia sus edificios, su atractiva arquitectura y sus elegantes construcciones que la hacen única y maravillosa.
El Gran Salón de los Espejos del Palacio de Versalles fue para muchos científicos -y algún que otro charlatán de turno- una verdadera subida a los altares de la ciencia. Y es que ese era el lugar elegido por los reyes absolutos de Francia para ver las últimas novedades de la ciencia de su reino.
Fontainebleau tiene un museo único en el mundo, el dedicado al sistema carcelario francés. El Museo de las Prisiones cerca de París ofrece un relato duro, inquietante, perturbador sobre las fórmulas históricas de penar con la pérdida de libertad, pero el espacio es también una ventana abierta a la compresión de la vida y del día a día tras los barrotes.
La ciudad de Giverny es conocida por los famosos jardines de Monet. Jardines que el pintor retrató con pasión en ese retiro cercano a París. La casa en la que vivió y pintó es hoy un centro mundial de la historia del impresionismo. Pero pocos visitantes saben que en la misma Giverny vivió Adolphe Guillemard, un ingeniero agrícola francés que sintió con idéntica pasión un espíritu coleccionista muy, muy especializado. Es el Museo de las Máquinas Naturales de Giverny.
La Iglesia de Saint-Aignan es un conjunto religioso poco conocido de Chartres, no digo que sea parte del patrimonio menor, sino menos visible. Qué duda cabe que esa diferencia se debe a la extraordinaria fama de la catedral que desde el primer cristianismo atrajo a peregrinos de toda Europa por conservar una reliquia, el famoso manto de la Virgen María.
Existen lugares históricos que el azar convirtió en escenarios míticos. Los hechos son recordados muchas veces por sus escenarios y los espacios recuperados para el reconocimiento histórico parecen trasladar a quienes los visitan. En la Capilla Sixtina, qué poco cuesta imaginarse a Miguel Ángel colgado en sus andamios…
Auvers-sur-Oise es una localidad cercana a París famosa por su vinculación al arte, especialmente a las vanguardias de la pintura del siglo XIX. Artistas como Cezzane, Pisarro o Van Gogh eligieron sus calles y prados para retratar una forma de ver el mundo en formas y colores alternativos.
La necesidad de disponer de un suministro de fauna que cazar en las propiedades reales, obligó a los monarcas franceses y a los grandes nobles a criar a sus presas en sus propiedades.
Chartres es una ciudad cercana a París con un extraordinario patrimonio histórico que está trufado con medio centenar de zonas verdes urbanas o periurbanas que forman parte indisoluble de su atractivo.
Durante muchos años, Giverny fue una meca para los pintores impresionistas y expresionistas que dieron fama a la pintura francesa de los siglos XIX y XX. Giverny se enorgullece de esas atenciones de los artistas.
Si vas a pasar unos días en París y todavía no conoces Disneyland, en ese caso no pierdas la oportunidad de visitar y disfrutar de uno de los parques temáticos más mágicos de Europa. Somos muchos los españoles los que nos dejamos seducir por este extraordinario escenario de cuento de hadas, sobre todo si viajamos con los pequeños de la casa, aunque verdaderamente es un parque temático en el que tanto niños como adultos lo podemos pasar en grande. Por esta razón, no es de extrañar que sea uno de los destinos estrella entre los españoles a la hora de planificar un viaje.
Versalles acoge cuatro museos curiosos fuera de su palacio, muy diferentes entre sí, muy distantes en sus conceptos expositivos y en sus filosofías, unos públicos, antiguos y con un patrimonio heredado pintoresco, y alguno privado y muy especializado. Me refiero a los museos de la Historia de Francia, el de Carruajes, el de Lambinet y el de la Osmoteca, que tiene un fondo de perfumes muy sugerente. Te cuento algo sobre ellos:
El Castillo de Auvers, o Castillo de Lery, es un conjunto monumental del siglo XVII, situado en Auvers-sur-Oise, en el Val-d’Oise. Se trata de un ejemplo de recuperación de un patrimonio arquitectónico original en un lugar muy emblemático de nivel internacional, en el pueblo que sirvió de inspiración a una generación de pintores del siglo XIX francés. Un lugar localizado a muy poca distancia de la capital francesa y que recomiendo como parte de un tour en París extendido.