El Emperador romano Tiberio era un tipo especial, distinto. Valeroso como general, apocado e indeciso para lo que realmente convenía; inteligente y con pocas luces, en ocasiones. Dueño al final de una biografía llena de demasiados contrastes e incógnitas. A Tiberio se le puede seguir en la costa del Mar Tirreno italiano por los rastros de las arquitecturas que levantó en sus exilios y retiros.

Algunos dicen que tanta falta de carácter era una forma de quitarse de en medio para que lo apreciaran como gobernante indiscutible. Para que lo llamaran al trono. Bueno, el caso es que al final fue emperador, pero Plinio El Viejo, lo llamó también ‘El más triste de todos los hombres’. Y tenía razones.

Tiberio fue en principio un grande de Roma –emperador fue después- que tenía casi por costumbre vivir alejado de la Ciudad Eterna. Bien porque el emperador Augusto no le dejara acercarse a la ciudad por cuestiones dinásticas, bien porque necesitaba huir de una esposa Julia La Mayor, que le amargaba la vida, bien porque necesitaba estar cerca de su amante, su exmujer Vipsania. Un lío de vida para un hombre que residió provisionalmente y en un autoexilio en la isla de Rodas, en Capri o en la localidad de Sperlonga al borde del Mar Tirreno.

En cada uno de esos lugares de paso, el emperador Tiberio dejó huellas de su estancia y de sus gustos. Palacios, jardines, lugares plácidos para vivir sus largos tiempos de espera. Uno de ellos me llama especialmente la atención, la llamada Cueva de Tiberio, precisamente en Sperlonga.

Sperlonga, hoy, es una localidad de la costa del Mar Tirreno casi a medio camino entre Roma y Nápoles, muy cerca de la isla de Ischia. La localidad, su villa vieja, se arremolina entre calles estrechas en un característico promontorio situado sobre un puerto deportivo. Sperlonga es una localidad de veraneo con largas playas al norte y al sur de la villa. Estrechas las del norte y ancha la sucesión de tramos de las del sur.

Precisamente la playa del sur, la que toma la dirección de Gaeta concluye a un promontorio que esconde la Gruta de Tiberio, una cueva natural enclavada a 800 metros del centro de la Villa de Sperlonga. Fue levantada por el pretendiente a emperador en tiempos de su autoexilio allá por el cambio de era.

A la Gruta de Tiberio de Sperlonga yo la llamaría la Gruta Erudita. A nuestro hombre no se le ocurrió otra cosa que rodearse de estanques, de fuentes y de esculturas de personajes míticos al borde del mar y meter todo eso dentro de su cueva particular. Su gruta era como una especie de submundo armado con erudición, estilo y arte.

La Gruta de Tiberio tuvo en tiempos posteriores uno o varios desplomes de su techo. De las esculturas no queda nada, de los estanques sí, e incluso parte de construcciones anejas a la izquierda de la caverna si se la mira desde el mar.

Si te animas a acercarte hasta Sperlonga para pasar un día de playa, haz un esfuerzo por imaginar a nuestro Tiberio paseando, dando vueltas y vueltas entre sus piezas de colección tan tiesas e inmóviles como su espíritu.

Y para organizarlo todo, un enlace útil, un apartado de la web www.viajararoma.com en el que podrás encontrar todo lo que necesitas para encontrarte con Sperlonga, con Tiberio y con su caverna tan peculiar. Pica en este enlace directo: http://www.viajararoma.com/?page=sperlonga.php

Cómo quitarse de en medio para hacerse desear como emperador.

Gruta de Tiberio.
Gruta de Tiberio.

Recursos para el Viaje:

Hoteles: http://www.guias.travel/ver/?city/it/rome.es.html
Vuelos: http://www.guias.travel/vuelos/
Tours y Actividades para hacer en Roma: http://www.guias.travel/ver-tours/?Roma/d511-ttd
Guía de Roma: http://www.viajararoma.com

Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

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