Las tierras de la Umbría tienen su misticismo, un gusto histórico por los retiros contemplativos y hasta una religiosidad extrema y muy visible que han favorecido su particular medio natural y su localización cerca y lejos de ciudades importantes de Italia.

Si hubiera que fijar una fecha para señalar el comienzo de esa religiosidad mística de la Umbría tendríamos que fijarnos en la fundación del monacato de San Benito de Nursia (480-547). Tras esa primera fundación llegaron otras cuyas construcciones conventuales son parte del paisaje de la Umbría, iconos del turismo con muy buena estampa, pero también espacio para retiros para los ajetreados italianos y portadores de una riqueza artística incalculable.

En la lista de monasterios importantes de la Umbría es obligado citar al de San Pedro, en Perugia, el de Sassovivo, cerca de Foligno, el Santa Maria di Valdiponte, en Montelabate cerca de Perugia, el de San Benedetto del Subasio, cerca de Asís, el de Monte San Salvatore y la Abadía de Petroia, cerca de Città di Castello.

El misticismo de los conventos de la Umbría se perpetuó en el trabajo de apostolado y en el esfuerzo de renovación de la Iglesia que protagonizaron dos figuras importantes del catolicismo y de la región del siglo XIII, San Francisco de Asís (1182-1226) y Santa Clara.

Los maravillosos frescos de Giotto, de Cimabue, de Lorenzetti y de Simone Martini en la basílica de Asís ofrecen una interpretación de esa tarea reevangelizador y la religiosidad medieval y del fervor místico de la época. Si tienes tiempo, en tu visita a la Umbría, desvíate a la localidad de Todi y acércate a la Iglesia de San Fortunato para ver la cripta de Jacopone, un seguidor de San Francisco de Asís, y verás con claridad resurgir ante tus ojos esa clave mística.

En una lista de monasterios benedictinos y franciscanos de la Umbría, hay opciones para seguir ampliando las claves de ese misticismo regional con la inclusión de la basílica y el monasterio de Santa Rita, en Cascia, o con la dedicada a San Valentín, obispo de Roma y decapitado en la capital italiana en el año 273.

Pero hay más lugares de culto que son referencia, iglesias con las tumbas de San Rinaldo en Nocera Umbra, la de San Ubaldo, en Gubbio, la de San Ponciano en Spoleto, la de San Feliciano, en Foligno, la de Santa Clara, en Montefalco, la de San Rufino en Asís, la de los beatos Ángelo en Fyvie y Vanna en Oriveto, esta última, por más señas, patrona de las costureras y protector de todos aquellos que hacen tareas con agujas.

Los santuarios marianos mantienen viva la llama del misticismo en la Umbría. Lugares imprescindibles para encontrarse con él son igualmente el de Santa Maria delle Grazie en Città di Castello (siglo XV), el de la Virgen del Tránsito en Canoscio, el Santa Maria della Stella en Montefalco (ambos del XIX), el de Santa María, en Petriolo y los dos santuarios que están dedicados a Nuestra Señora de Fátima en Città della Pieve y en Renzetti (ambos también del siglo XX).

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Basílica de Asís.
Basílica de Asís.

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Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

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