El Árbol de Diana es una maravilla natural, un coloso de la naturaleza, que crece en un parque al oeste de París, en la distrito de Yvelines y a dos pasos de Versalles y sus palacios. Se trata de un sicomoro plantado por una de las cortesanas favoritas del rey francés Enrique II, Diana de Poitiers. De ahí su nombre.
Diana de Poitiers lo plantó hacia el año 1556 para delimitar una de sus propiedades, seguro que sin pensar en que se convertiría en un ‘árbol notable de Francia‘, denominación oficial que reciben las especies vegetales más que centenarias en el país. El Árbol de Diana es ‘notable’ desde el año 2000.
El árbol crece en el Parque de Diane Clayes-sous-Bois, tiene una circunferencia de ocho metros y alcanza una altura de 31 metros, la misma que un edificio de diez plantas moderno. Además de su edad, el Árbol de Diana tiene la particularidad de que sus ramas se han estructurado de una manera peculiar, las más gruesas se han enterrado en el suelo para crear nuevas raíces de las que surgen nuevos esquejes.
Por otro lado, la plástica de su follaje ha encandilado a los entendidos. Robert Bourdu, especialista francés en grandes árboles, se refiere a él como un especimen ‘magnífico, bien equilibrado y de follaje redondo’. Y ha comparado al conjunto de sus ramas como brazos humanos muy musculosos.
La denominación de ‘Árbol notable de Francia‘ acoge a dos centenares de ejemplares vegetales extraordinarios. La denominación no sólo premia al árbol en sí, sino al municipio, en este caso al de Clayes-sous-Bois, y por preservar este monumento natural único.
Como curiosidad, en 2002 se aplicó al Árbol de Diana un tratamiento fitosanitario compuesto de fungicidas e insecticidas para proteger al vegetal de áfidos, ácaros y hongos. Las ramas muertas se eliminan periódicamente para permitir que crezca en buenas condiciones. El Árbol de Diana superó con éxito una intensa ola de calor en 2003 y sus raíces se extienden en una gran extensión de terreno para captar la humedad del suelo y llegan a alcanzar áreas y pequeñas cuencas vecinas.
Los sicomoros son árboles conocidos popularmente como plátanos del género Platanus que requieren climas templados y gustan de crecer junto a cursos de agua. No se los suele ver en lugares secos o excesivamente frío, aunque hay excepciones como es el caso de Árbol de Diana que ha de sufrir cada invierno los rigores del clima de la Yvelines.
Por regla general, los plátanos proceden de zonas ecuatoriales o situadas en la franja más amplia del Trópico de Cáncer y del Trópico de Capricornio. Los lugares originales de las más de 40 variedades conocidas van desde Argentina y Canadá a Laos, Egipto, Guatemala o Turquía. Como ves crecen en todo el mundo.
Merece la pena que conozcas a un grande de entre los grandes de los árboles históricos de Francia. Al Árbol de Diana lo tienes a un paso de París y de Versalles. La localidad de Clayes-sous-Bois está a 13 kilómetros al oeste de Versalles, siguiendo las carreteras D11 y D12, y a 41 kilómetros de París siguiendo la A86.
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