El molino de viento de Gooyer fue un día un ingenio para molturar maíz con la fuerza del aire en la capital de Holanda Ámsterdam. Sin embargo, el molino que también es conocido como el Funenmolen, ahora la construcción tiene un atractivo más, funciona como una fábrica de cerveza, como una alegre cervecería y como un lugar de reunión para verse con los amigos.

De todos los grandes molinos de viento que existieron en el área de Ámsterdam, hoy sólo quedan seis, y de ellos, el Molino de Gooyer es el más cercano al centro histórico de la ciudad.

El Molino de Gooyer se levanta sobre el Canal Nieuwevaart desde que fuera construido en 1725. En origen, la construcción no tuvo nada de original, era uno de tantos molinos levantados para realizar trabajos de molturación en el siglo XVIII. De todas formas, el ingenio sustituyó a otro más antiguo levantado en el mismo lugar.

Traslado

El molino está en el mismo lugar desde el año 1814, después de que fuera trasladado porque en 1811 otras construcciones en los alrededores lo dejaron sin viento. El Molino de Gooyer se mantuvo en funcionamiento hasta principios del siglo XX. El Ayuntamiento de Ámsterdam se encargó de preservarlo al comprar el edificio y restaurarlo entre los años 1929 y 1930.

Pero todo no iba a ser maravilloso, en 1972, una tormenta causó gandes daños en la estructura, siendo restaurado en 1976 para volver a lucir su aspecto original. Su ubicación en la zona oriental de Ámsterdam lo ha convertido en una referencia en el paisaje urbano de la capital holandesa.

Sin embargo, a pesar de lo que parece, dentro del molino no hay nada especialmente llamativo más que una pequeña fábrica de cerveza. El interior del conjunto está decorado con mesas y sillas tradicionales, así como con una colección de botellas de cerveza. Se trata de un lugar encantador para comerse un bocadillo, sí, con cerveza, toma nota, bocadillos de queso o salami.

Pero hay un pero, el Molino de Gooyer no es excesivamente espacioso por dentro. Tampoco el horario es de lo mejorcito, abre de tres de la tarde a ocho de la noche. Por tanto, lo más recomendable es ser de los primeros a la hora de la apertura a las tres de la tarde. Sólo así podrás tener alguna posibilidad de coger mesa y disfrutar de tu cerveza en un lugar emblemático y memorable de la capital holandesa.

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Molino de Gooyer
Molino de Gooyer
Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

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