Vetheuil es un pequeño pueblo del norte de París, no muy lejos de Chantilly. El lugar y sus rincones sirvieron de inspiración a Claude Monet, uno de los pintores más grandes del siglo XIX. Monet buscó paisajes, luz y colores, entre las praderas y los márgenes del Sena. La casa en la que vivió sus ensoñaciones impresionistas entre 1878 y 1881 está en el pueblo y hay quien acude a verla por curiosidad o devoción intelectual. Sin embargo, la casa de alquiler de Monet no está habilitada como museo.

¿Por qué? Tal vez porque lo de visitar la casa de Monet en Vetheuil no pueda resultar enorgullecedor para el pueblo. Más, si se sabe cómo acabaron su encuentro Vetheuil y Monet. Está comprobado que su casero lo echó a la calle por no pagar el alquiler y en el pueblo nadie quiso volver a darle alojamiento.

El pintor acabó por marcharse por donde vino. Sólo quedan sus adorables pinturas, y es un ejercicio propio de los viajeros que admiran de verdad sus obras, encontrar los rincones que el pintor vio con sus ojos de artista. Incluso algún pintor norteamericano de fama llegó a residir en Vetheuil -y morir en él- con tal estar cerca de los lugares que sirvieron de inspiración al maestro.

Es cuando menos chocante cómo a Monet se le ha excluido de la historia local, más cuando el pintor realmente estuvo arraigado en el lugar. En Vetheuil pintó no menos de 150 cuadros en los tres años de estancia y su mujer, Camille Doncieux, falleció allí. Y allí está enterrada, en una sencilla tumba del cementerio. Incluso el hijo del pintor, Michel Monet, nació en Vetheuil. Por si fuera poco, Abel Lauvrau, amigo y alumno del pintor y su familia residieron en el pueblo hasta 1945. Lauvrau fue la memoria viva del maestro durante su vida. Pero no. Vetheuil no reconoce a su pintor más célebre. Las cuentas siguen pendientes.

Sea como sea, Vetheuil, situado a 60 kilómetros de París, en el departamento de Yvelines, no lejos de Chantilly, le ofrece al viajero algunos elementos de su patrimonio que bien merecen un tranquilo descubrimiento. Como los que más se saborean, a pie y con detenimiento.

Desgraciada historia

Pero ¿qué hay de la historia de Vetheuil además de la relación frustrada con Monet? Pues una historia algo negra, de verdad.

Vetheuil fue el lugar elegido por los invasores vikingos que arrasaron París en el siglo IX para preparar el asalto. Sus hospitales formaron una colonia de leprosos en el siglo XIII para mayor beneficio -y aislamiento- de París y en el camino de la capital francesa fue arrasada dos veces y otras tantas conquistada por los ingleses, primero en la Guerra de los Cien Años, y luego en el siglo XV. En 1635, el azote fue la peste que acabó con una parte importante de su vecindario.

Una historia muy dura la de este pueblo de la campiña del Sena. Sin embargo, merece la pena ver Vetheuil. Por encima de todo, una de sus joyas, su Iglesia de Notre-Dame, situada en el centro del pueblo.

Vetheuil fue un pueblo de cierta importancia en la Edad Media y su iglesia principal lo demuestra. Su ábside es de estilo gótico primitivo, pero sus dos portadas son renacentistas algo posteriores. No se sabe con certeza los orígenes de la parroquia, pero, por algunos documentos antiguos, se conoce que en el siglo XI ya existía el templo. El coro fue levantado a finales del siglo XII y terminado en el siguiente.

El campanario es de la misma época, sin embargo, el ala oeste es gótico de la primera mitad del XVI. La estrechez de la nave se cree que es consecuencia del aprovechamiento de los cimientos del edificio anterior, probablemente por suponer un ahorro para los gastos de la obra o porque el suelo no era lo suficientemente sólido para resistir el peso de una estructura más grande y más sólida. No obstante, la estrechez del conjunto se compensa con una hilera de capillas en los laterales.

En 1551, el señor local contrató a un maestro constructor de origen italiano, Jean Pinza, para levantar la fachada oeste y habilitar la portada sur con un porche que se decidió flanquear con dos torres. Estas partes de la iglesia son de inequívoca influencia renacentista italiana. El acceso principal al templo se hace sobre una escalera de grandes dimensiones, de cinco metros de ancho y cincuenta pasos. Fuera, no hay que dejar de ver el Calvario, junto a la iglesia, con su cruz elevada.

El templo de Vetheuil está protegido por las leyes francesas que salvaguardan su patrimonio desde el año 1840 y sus vecinos pueden estar orgullosos de las obras de restauración y que han permitido mantener al edificio en buenas condiciones a pesar del paso del tiempo. Algo que no se puede decir de otros conjuntos de los pueblos cercanos. Todo, a pesar de que la iglesia ya no tiene párroco residente y las misas son escasas y contadas.

¿Qué te parece visitar Vetheuil? Sí añadir un recorrido por el pueblo de Monet al tiempo que te apuntas a ver Chantilly, que está al lado. ¿Cómo? Pues con uno de los tours en París del portal Viajaraparis,com, que incluye excursiones de un solo día en los alrededores de París con una extensión para descubrir Chantilly. Lo puedes ver en este enlace:

http://www.viajaraparis.com/ciudades-para-visitar-cercanas-a-paris/chantilly/

Calles de Vetheuil.
Calles de Vetheuil.
Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

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