La catedral católica de Inglaterra y Gales, la Catedral de Westminster de Londres, es uno de los contados edificios antiguos de la capital británica diseñado en estilo neobizantino. Tienes que verla con sus frisos y sus decoraciones de mosaicos.

La Catedral de Westminster, que no debe confundirse con la Abadía de Westminster, se asienta sobre un terreno que en su día fue la Prisión de Tothill. El solar fue adquirido por la Iglesia Católica en 1884 para convertirse en la catedral de los católicos romanos de Gran Bretaña.

La primera piedra de la Catedral de Westminster fue colocada en 1895 y no fue consagrada hasta 1910. Aun así, gran parte de la construcción no fue terminada hasta muchos años después.

La idea original fue levantar la catedral unos años antes, en 1867, pero sin una jerarquía en Gran Bretaña y sin permiso del Gobierno británico, la fundación no pudo completarse hasta finales del siglo XIX. Todo, tras siglos de opresión y persecución por parte de la mayoría política anglicana. Los impulsores del proyecto de la Catedral de Westminster tuvieron incluso problemas para recaudar fondos con los que levantar el nuevo edificio.

Arquitectura

En 1894, el cardenal Vaughan, tercer arzobispo de Westminster, eligió a John Francis Bentley como arquitecto para las obras de la catedral. Bentley era conocido por sus obras de estilo victoriano, siendo la Catedral de Westminster su primera obra neobizantina.

El cardenal no quería que el edificio se pareciera a la cercana Abadía de Westminster protestante. Se dice que Bentley basó su diseño en ejemplos de iglesias cristianas primitivas. Se cuenta también que el arquitecto llegó a realizar un viaje a Europa para conocer de primera mano esas construcciones.

El exterior del edificio fue construido en ladrillo rojo y piedra de Portland. Más de un centenar de tipos de mármol de todo el mundo adornan los interiores de la catedral. Unas columnas de mármol sobre las que se apoya un dosel en el altar mayor figura entre las creaciones más llamativas. Tampoco hay que dejar de ver la serie de mosaicos bizantinos que cubren las capillas.

El exterior del edificio está construido con ladrillo rojo y piedra de Portland. Más de un centenar de tipos de mármol de todo el mundo adornan el interior de la catedral y columnas de mármol de grandes proporciones soportan un dosel en el altar mayor.

Ni el campanario, ni la bóveda del santuario se habían terminado cuando Bentley falleció en 1902. Y, como te decía, se necesitaron muchos años para acabar con todas las partes proyectadas de la construcción que el arquitecto no pudo rematar en vida.

Pero hay más. Los frisos de Eric Gill, que incluyen las catorce estaciones del paso de la Cruz, se han convertido en representaciones artísticas muy populares y, sólo por ellas, vale la pena acercarse a la Catedral de Westminster.

Los visitantes también suelen subir al campanario de la catedral, que se alza a 87 metros de altura sobre su base y que ofrece una de las vistas más soberbias del centro de Londres.

Otra de las razones para visitar la Catedral de Westminster es disfrutar de la música del templo. El coro está reconocido como uno de los mejores del mundo y los recitales de órgano son sencillamente mágicos. La Catedral de Westminster ofrece recitales y conciertos de música religiosa con bastante frecuencia.

Si quieres ver la Catedral de Westminster, echa un vistazo al portal Viajaralondres.com, que incluye excursiones de un solo día en los alrededores de Londres y mucho más. Pica en el enlace para ver todos los detalles de sus propuestas: www.viajaralondres.com

Catedral de Westminster.
Catedral de Westminster.
Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

Escribe un comentario