El Palau Maricel es una coqueta y pintoresca joya arquitectónica del siglo XIX que se levanta en el casco urbano histórico de la localidad barcelonesa de Sitges. Fue construido entre los años 1913 y 1916, y, en la actualidad, está por entero dedicado a eventos y actividades culturales, desde bodas y congresos a representaciones y muestras de arte. Se puede decir que el Palau Maricel es un espacio multidisciplinar.
Su construcción se debe al amor del empresario y mecenas de las artes norteamericano Charles Deering. Deering llegó a Barcelona en 1909 para conocer la pintura de Ramón Casas que había descubierto recientemente y por la que se sentía fascinado. En Barcelona pudo conocer a Miquel Utrillo que sería el que al final le diseñaría el Palau Maricel.
Pero la construcción no se inició de cero, Deering y Utrillo aprovecharon el conjunto medieval del Hospital de San Juan de Sitges y unas casas de pescadores que también acondicionaron y que unieron con un puente. El palacete se convertiría en el Museo de Maricel, como también se lo conoce.
Deering era un coleccionista muy volcado, compraba objetos artísticos de todas las disciplinas del arte, pintura, mosaicos, obras de forja, escultura, vidrios y hasta tapices bordados a la manera modernista.
Para agradar a su propietario, el arquitecto Utrillo reunió en el palacete muestras de estilos arquitectónicos repartidos por toda España. Así, tomó prestadas las formas de una puerta gótica de Cadalso de los Vidrios, una imagen del San Miguel del puente leridano de Balaguer, un balcón conocido y antiguo de la localidad de Santa Coloma de Queralt u otra puerta del Palacio de Raixa mallorquín.
No contento con ello, el magnate americano quiso más, colgando pinturas de El Greco, de Rusiñol, de Velázquez o de Goya y Zurbarán en las salas del Palau de Maricel. Junto a ellas, encargó una decoración de capiteles para las puertas y las ventanas que son la parte más pintoresca de la visita, por la gracia de los temas.
Pero el proyecto del Museo de Maricel, tal y como lo había concebido el magnate americano, se vino abajo por desavenencias con el arquitecto Miquel Utrillo. Deering se llevó su colección a Estados Unidos y una vez fallecido, la familia donó los fondos de arte que habián colgado en el Palau Maricel a las colecciones del Art Institute of Chicago.
Después de muchas visicitudes, el palacete fue adquirido por el Ayuntamiento de Sitges y para la finalidad cultural que ostenta y para la que es una referencia en la comarca.
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