¿Te imaginas poder retroceder en el tiempo? ¿Codearte con caballeros en justas y torneos? Esa es la experiencia, la sensación, que le asalta al visitante de la Sala de las Armaduras del Museo Stibbert de Florencia.

Un salón espacioso, bien iluminado, pero que se ha quedado pequeño con la ingente cantidad de objetos militares reales del Renacimiento. Piezas que su patrocinador atesoró durante años y que hoy se puede ver en la que fue su casa en Florencia. El Museo Stibbert te cuenta una historia al galope.

Armaduras, caballeros y caballos que parecen cobrar vida entre los estrechos pasillos de un espacio habilitado para museo que probablemente se diseñara para banquetes de sociedad y bailes en el siglo XIX. Armaduras de caballeros italianos y alemanes de los siglos XVI y XVII, y, en una sala de decoración morisca, otros con atavíos otomanos de época. Realmente sorprendente.

El alma del Museo Stibbert de Florencia fue Frederick Stibbert (1838-1906) que adquirió la villa que más tarde convertiría en una exposición permanente de sus colecciones. La villa pertenecía a la familia Montughi Alessandra y con capital propio capital la restauró y la amplió a su gusto. A los británicos afincados en la segunda mitad del siglo XIX en Italia, el pasado del país transalpino les fascinaba. Sí, eran tiempos del Romanticismo y el gusto por los temas históricos, por la épica renacentista y por sus grandes personalidades, era ‘trend topic’.

Bueno, al bueno de Frederick Stibbert las cosas no le iban nada mal en su nueva patria de adopción, sus negocios en los ferrocarriles italianos le permitieron iniciar sus colecciones históricas y hacerlas crecer hasta dejarlas como las puedes ver en el Museo Stibbert. Al morir en 1906 dejó otros espacios museísticos en Florencia dignos de admiración: el Museo Horne, el Museo Bardini y el Palacio de Alessandra.

La villa del Museo Stibbert es como se puede esperar un edificio del estilo imperante en la época, un ecléctico clásico donde los haya. En su decoración trabajaron los mejores artistas florentinos de la época: Augusto Passaglia (escultor) o Gaetano Bianchi o Annibale Gatti (pintores).

Qué ver

Así, qué puedes ver en el Museo Stibbert además de esa sala de armas tan espectacular. Pues un poco de todo, como en botica. Mister Stibbert le daba a todo: muebles antiguos, porcelana china, botones, sí botones. También se puede ver la colección de objetos japoneses más importante del mundo fuera de Japón, con la katana y la armadura que perteneció a uno de los últimos samurais.

En una de las salas se puede disfrutar de una colección de banderas del Palio de Siena también históricas. Bueno, se trata de copias, porque las originales se cedieron a la Iglesia de Santa Maria della Scala donde se las puede ver ver en la actualidad.

Cajas, vitrinas del siglo XVI y una impresionante mesa de malaquita figuran entre las piezas estrella de arte menor. La prensa italiana ha recogido en los últimos años diferentes noticias sobre la posible existencia de piezas artísticas de grandes maestros del Renacimiento italiano entre los fondos del museo. Algunos especialistas que conocen el tema hablan de publicidad gratuita y comentarios con poco fundamento.

En total, dicen que casi 16.000 piezas diferentes en salas que son un muestrario del espíritu de los museos ochocentistas que hace tiempo que dejaron de ser una referencia. Pero esa es parte de su gracia.

El toque más romántico creo que lo puedes encontrar en los jardines del palacete. Entre castaños, cipreses, tilos, pinos y encinas, entre fuentes y esculturas, se pueden ver un pequeño templo neoegipcio y un patio veneciano bien recreado en mármol blanco. Un entorno natural, tranquilo para reconciliarse con la paz de espíritu e invitar a los pies a una sencilla caminata descubridora.

El Museo Stibbert está situado en el centro de Florencia, no muy lejos del Ponte Vecchio, en el 26 del via Frederick Stibbert.

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Sala de las Armaduras del  Museo Stibbert
Sala de las Armaduras del Museo Stibbert.
Autor

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Periodista, redactor, comunity manager e informador gráfico, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y colaborador en diferentes medios locales de las Islas Canarias y españoles.

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