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Sergio Suarez

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Ferento es una ciudad fantasma pero extraordinariamente evocadora. Los visitantes que acuden a ver sus restos en la Etruria italiana ven las construcciones que han sobrevivido, los vestigios de su extraordinario teatro romano, que aún se utilizan para actuaciones de verano. Pero, pocos viajeros pueden llegar a imaginar el origen del abandono y de la soledad de una población que no volvió a reconstruirse. Esta es su historia.

Existen lugares históricos que el azar convirtió en escenarios míticos. Los hechos son recordados muchas veces por sus escenarios y los espacios recuperados para el reconocimiento histórico parecen trasladar a quienes los visitan. En la Capilla Sixtina, qué poco cuesta imaginarse a Miguel Ángel colgado en sus andamios…

Versalles acoge cuatro museos curiosos fuera de su palacio, muy diferentes entre sí, muy distantes en sus conceptos expositivos y en sus filosofías, unos públicos, antiguos y con un patrimonio heredado pintoresco, y alguno privado y muy especializado. Me refiero a los museos de la Historia de Francia, el de Carruajes, el de Lambinet y el de la Osmoteca, que tiene un fondo de perfumes muy sugerente. Te cuento algo sobre ellos:

La ciudad de Florencia acoge un curioso patrimonio pocas veces destacado por las guías y desde luego, bajo la sombra de la grandiosidad de algunos de sus monumentos más ilustres. Me refiero a sus torres. Torres florentinas, levantadas en el convulso siglo XIII italiano para conmemorar el poder de algunas familias de cuna como sucede con otras ciudades antiguas de Italia. Bolonia tiene sus torres, Florencia también, aunque, como digo, menos o nada conocidas.

El Castillo de Auvers, o Castillo de Lery, es un conjunto monumental del siglo XVII, situado en Auvers-sur-Oise, en el Val-d’Oise. Se trata de un ejemplo de recuperación de un patrimonio arquitectónico original en un lugar muy emblemático de nivel internacional, en el pueblo que sirvió de inspiración a una generación de pintores del siglo XIX francés. Un lugar localizado a muy poca distancia de la capital francesa y que recomiendo como parte de un tour en París extendido.

Tívoli es una población y municipio muy cercano a Roma. Tanto, que las élites romanas se avecindaron durante cientos de años para disfrutar de mejores condiciones ambientales y para poner tierra por medio al mundanal ruido de la capital. Así, se construyeron villas que ocuparon gente notable y engrandecieron sus sucesores y los que llegaron después para hacerse un hueco en este paraíso a la vista de Roma.

Fontainebleau es la capital del caballo en Francia, una ciudad famosa por sus instalaciones relacionadas con la equitación. En Fontainebleau, en sus propiedades del Bosque de Fontainebleau, los reyes franceses criaron sus caballos. En 1776, en Sermaise, tuvo lugar la primera carrera de caballos al estilo inglés.

Nápoles es una ciudad que le ofrece al visitante muchos museos y exposiciones permanentes. Espacios museísticos que son el resultado de la importancia histórica de la ciudad y de su entorno y del inmenso legado dejado en sus tierras por otras culturas, civilizaciones y pueblos. Si hay una forma accesible de conocer la historia, el pasado de Nápoles, esa es visitando los museos que se reparten por las cuatro esquinas de la ciudad.

La ciudad de Florencia tiene dos arcos triunfales monumentales que ofrecen diferente visibilidad para quien visita la ciudad, el de la Piazza della Libertà es grande, rimbombante y de una plasticidad exultante; el Archino de San Piero, casi desconocido, se oculta entre las callejuelas del centro de Florencia. Vamos a descubrirlos.

En Fontainebleau hay una residencia real, un palacio que se lleva toda la fama, pero, como en todo lugar de asiento de la realeza antigua, no falta un espacio en el que cazar. En la localidad y vecino al palacio, los reyes de Francia disfrutaron de un Bosque de Fontainebleau como reserva cinegética exclusiva. Hoy es un regalo de la naturaleza que los franceses han sabido preservar.

Florencia fue capital de Italia, señorío de nobles renacentistas y corte real. Ese esplendor político dejó tras de sí un rosario de palacios que el tiempo ha convertido en museos y espacios culturales. Ningún viajero con un mínimo de sentido histórico pasa por Florencia sin pisar alguno de estos palacios.

La localidad italiana de Cerveteri es muy conocida por sus restos etruscos, anteriores al esplendor de Roma. Se trata de un conjunto de tumbas excepcionalmente bien conservadas en unas pocas necrópolis. Pero Cerveteri y otras localidades de su término municipal le ofrecen al viajero atento una verdadera colección de iglesias románicas y más cercanas en el tiempo que albergan un patrimonio que está también ahí para ser descubierto.

Francia es un país lleno de palacios, palacetes y casas de campo que se reparten por toda la geografía rural. Pero yo destacaría los de las ciudades de las cercanías de París donde vivió una nobleza que quería aislarse del mundanal ruido, pero que, al mismo tiempo, quería estar cerca de la corte.

Capri es lugar de veraneo para las mejores vacaciones napolitanas. Capri es una isla que se disfruta de muchas maneras, descubriendo sus aguas y su sol mediterráneo, explorando su corto interior reducido a sus 11 kilómetros cuadrados o haciendo algo por encontrar lo mejor de su pintoresco patrimonio arquitectónico.

Versalles es una localidad de algo menos de cien mil habitantes situada en las cercanías de París. Es mundialmente famosa por su Palacio de Versalles, lugar histórico de muchos de los acontecimientos del devenir de Francia a lo largo de los tiempos y residencia de la realeza. En el Palacio de Versalles vivió una nobleza cortesana, diletante que vivía para entretenerse e intrigar. Si las paredes del Palacio de Versalles pudieran hablar, nos asombrarían.