El complejo arquitectónico conocido como Los Inválidos de París fue fundado en 1671 por el rey Luis XIV, el Rey Sol. Con esta residencia, el rey quiso proporcionar alojamiento a los veteranos de guerra empobrecidos y discapacitados.
La Plaza de la Bastilla, la Place de la Bastille, en francés, es el lugar histórico de la localización de la fortaleza que en el inicio de la Revolución Francesa fue asaltada por el pueblo de París.
La Pirámide del Louvre fue construida en la década de 1980 como parte de la entrada principal al Museo del Louvre de París. Su estructura es de cristal y su concepción moderna representa un gran contraste con las viejas construcciones del espacio en el que está situada. Esta ruptura formal la ha convertido, por derecho propio, en una referencia. Un faro para el arte que contiene la principal pinacoteca del mundo.
La Avenida de los Campos Elíseos de París es, probablemente, la calle principal más famosa del mundo. Esta vía ciertamente impresionante se extiende desde la zona de La Concordia a la Plaza Charles de Gaulle, el lugar en el que se sitúa el Arco del Triunfo.
La mayoría de los turistas que visitan París consideran que el Puente de Alejandro III es el más hermoso de la ciudad. Sea como sea, es el puente mejor y más adornado y el más opulento de París. Está dedicado a un zar y a una vieja amistad ruso-francesa.
La Défense es un distrito de oficinas de París, donde se sitúan las torres más altas de la ciudad, pero la zona es también un lugar emblemático de la ciudad por su arco, por su paseo y por su palacio conmemorativos. Es un espacio que no te puedes perder en una visita a París.
¿Conoces el Arco del Triunfo de París?, ¿no?. Pues no sabes lo que te pierdes. Es el mayor arco triunfal construido y un monumento principal de la nación francesa.
Vetheuil es un pequeño pueblo del norte de París, no muy lejos de Chantilly. El lugar y sus rincones sirvieron de inspiración a Claude Monet, uno de los pintores más grandes del siglo XIX. Monet buscó paisajes, luz y colores, entre las praderas y los márgenes del Sena. La casa en la que vivió sus ensoñaciones impresionistas entre 1878 y 1881 está en el pueblo y hay quien acude a verla por curiosidad o devoción intelectual. Sin embargo, la casa de alquiler de Monet no está habilitada como museo.
El Árbol de Diana es una maravilla natural, un coloso de la naturaleza, que crece en un parque al oeste de París, en la distrito de Yvelines y a dos pasos de Versalles y sus palacios. Se trata de un sicomoro plantado por una de las cortesanas favoritas del rey francés Enrique II, Diana de Poitiers. De ahí su nombre.
La Porte Saint-Denis de Chantilly es un edificio que no lo es, es una construcción que parece terminada, pero que no lo está y es un lugar clave de la ciudad, que es un congestionado acceso de vehículos, pero que apenas consta en las guías de viaje que describen el patrimonio de Chantilly. La Porte Saint-Denis es una pieza ausente y presente a partes iguales del patrimonio histórico y arquitectónico de Chantilly.
Pocos templos de Chartres pueden presentar un historial tan desalentador como la Iglesia de Saint-André. Desde su erección en la Alta Edad Media, la construcción fue reedificada hasta cuatro veces, sufriendo tres incendios y al menos tres desplomes graves que obligaron a demoler preventivamente algunas de sus partes.
El Hotel de Postes de Chartres, la central de Correos de la ciudad, ofrece una acertada perspectiva de la época en la que se construyó. Fue diseñado por un arquitecto comprometido con la finalidad social de los edificios públicos, se levantó en una época de importantes cambios tecnológicos, y, en apariencia, sólo en apariencia, su perfil parece rememorar la estética caduca decimonónica de las viejas construcciones eclécticas. Pero sólo por fuera, la estructura del edificio de la central de Correos de Chartres se hizo entre 1919 y 1928 con un revolucionario armazón de hormigón armado, todo un desafío para su tiempo.
El edificio del Ayuntamiento de Versalles tiene un encanto especial, una distinción formal a la que no fue ajena la existencia de los grandes palacios de la ciudad a los que se quiso imitar.
En Mont Saint-Michel una pequeña ermita dedicada a Saint Aubert ofrece una imagen perfecta. Aislada en un extremo del peñón, parece escapar de él. Toda una alegoría. Pero la construcción medieval no lo cuenta todo a simple vista. Hay que repasar las leyendas del santo Saint Aubert para saber que ese lugar, precisamente ése, fue el sitio en el que nació su mística. Cuando una de sus proezas infantiles se hizo fama. Tumbó una piedra sagrada celta y gorda de una patada. Nada menos. De la piedra no queda nada, de su recuerdo, la ermita.
La ciudad de Chartres tuvo a su servicio una serie de edificios ubicados pared con pared que se utilizaron para usos públicos y comunitarios que no pudieron ser más diferentes entre sí. Es la Enclos de Loëns, el Recinto de Loëns o también la conocida como Despensa de Loëns.
El Castillo de Chantilly ofrece un rincón muy curioso, un conjunto de viviendas bajas y una serie de zonas verdes que la envuelven, que fueron diseñados a finales del siglo XVIII con la finalidad de acoger y entretener a los invitados de la residencia y que hoy en día se considera un raro ejemplo de jardín anglochino.
Pièce d’eau des Suisses, la Parte de Agua de los Suizos, es una enorme extensión de aguas retenidas situadas en un estanque a cielo abierto en el lado sur del Palacio de Versalles. Recuerda el nombre de quienes excavaron el lugar para crear la balsa de agua, miembros de un regimiento de guardias suizos del rey Luis XIV que lo completaron entre los años 1679 y 1684.
Las vidrieras de la Catedral de Chartres son un monumento a la capacidad humana de innovar y a la de armar ilusiones y esperanzas por una causa. Cristales que cuentan historias santas, pero que también esconden otras menos nobles. Vidrios decorados con un azul imposible que son testimonios de una revolución que cerró tinieblas y abrió luz y color para un nuevo tiempo y una nueva fe. Así te lo cuentan los cristales de Chartres.
¿Conoces la porcelana de Chantilly? Fue un artículo de lujo que volvió a nacer en Francia en el siglo XVIII con innovaciones químicas que mejoraron los diseños de las piezas tradicionales orientales. El Castillo de Chantilly guarda una importante colección que es un espacio de referencia para quienes disfrutan con estas pequeñas obras de arte con sabor histórico.
Versalles te ofrece un museo, una exposición única, que literalmente te tocará las narices. Se trata de la Osmoteca, una biblioteca de perfumes en la que podrás encontrar aromas históricos, perfumes de reinas y de emperadores, olores que te llevarán a un mundo de esencias.
La Maison du Saumon y la Escalera de la Reina Berta son dos construcciones curiosas del gótico de la ciudad francesa de Chartres que te recomiendo que veas en cualquier visita a la ciudad.
El Gran Salón de los Espejos del Palacio de Versalles fue para muchos científicos -y algún que otro charlatán de turno- una verdadera subida a los altares de la ciencia. Y es que ese era el lugar elegido por los reyes absolutos de Francia para ver las últimas novedades de la ciencia de su reino.
Fontainebleau tiene un museo único en el mundo, el dedicado al sistema carcelario francés. El Museo de las Prisiones cerca de París ofrece un relato duro, inquietante, perturbador sobre las fórmulas históricas de penar con la pérdida de libertad, pero el espacio es también una ventana abierta a la compresión de la vida y del día a día tras los barrotes.
La ciudad de Giverny es conocida por los famosos jardines de Monet. Jardines que el pintor retrató con pasión en ese retiro cercano a París. La casa en la que vivió y pintó es hoy un centro mundial de la historia del impresionismo. Pero pocos visitantes saben que en la misma Giverny vivió Adolphe Guillemard, un ingeniero agrícola francés que sintió con idéntica pasión un espíritu coleccionista muy, muy especializado. Es el Museo de las Máquinas Naturales de Giverny.
La Iglesia de Saint-Aignan es un conjunto religioso poco conocido de Chartres, no digo que sea parte del patrimonio menor, sino menos visible. Qué duda cabe que esa diferencia se debe a la extraordinaria fama de la catedral que desde el primer cristianismo atrajo a peregrinos de toda Europa por conservar una reliquia, el famoso manto de la Virgen María.